El Gobierno de Estados Unidos impuso el martes restricciones de visa a nueve altos funcionarios del Ministerio del Interior (Minint) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Far) de Cuba.
"A raíz de las acciones del régimen cubano contra manifestantes pacíficos el 15 de noviembre, el Departamento de Estado impuso restricciones de visa a nueve funcionarios cubanos implicados en intentos por acallar las voces del pueblo cubano mediante la represión y detenciones injustas", anunció el Departamento de Estado en un comunicado.
“Los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica son universales”, refiere el texto del anuncio sobre la prohibición a los oficiales cubanos de entrar como no inmigrantes a Estados Unidos.
Respecto a la identidad de los señalados, un portavoz del Departamento de Estado aseguró a la Voz de América que “el registro de visas se aplica de manera confidencial a las revocaciones de visas y otras acciones bajo la autoridad utilizada y, como tal, el Departamento no puede divulgar públicamente los nombres de los nueve funcionarios".
La medida, afirma la cartera de Exteriores, impulsa el objetivo estadounidense “de apoyar al pueblo cubano y promover la rendición de cuentas no solo de los líderes del régimen, sino también de los funcionarios que permiten los ataques a la democracia y los derechos humanos”.
En las jornadas previas al 15N los medios acreditados en la isla reportaron casos de acoso a potenciales participantes. “El régimen cubano acosó a activistas con turbas patrocinadas por el gobierno, confinó a periodistas y miembros de la oposición en sus hogares, revocó las credenciales de los periodistas para reprimir la libertad de prensa y detuvo arbitrariamente a ciudadanos cubanos que intentaron protestar pacíficamente”.
Tras el anuncio del Departamento de Estado, el canciller cubano Bruno Rodríguez reafirmó en un tuit la postura del gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel de impedir cualquier manifestación de disenso, aludiendo a temas de soberanía nacional.
“Las medidas hostiles anunciadas hoy no alteran esa determinación”, zanjó Rodríguez.
Una marcha frustrada
El grupo Archipiélago convocó inicialmente la marcha pacífica para el 20 de noviembre pidiendo la libertad de los denominados "presos políticos". El gobierno cubano fijó para ese día un ejercicio nacional de defensa popular y los organizadores la movieron para el día 15 del mismo mes.
Sin embargo, Yunior García, el joven dramaturgo y opositor cubano, anunció que marcharía en solitario con una rosa en la mano el día 14, lo que fue impedido por las fuerzas gubernamentales que rodearon su casa y convocaron a un acto de repudio, hasta que el disidente se vio obligado a abandonar la isla con destino a España, a donde llegó, según declaró, con una visa de turista.
* Con la colaboración de Luis Felipe Rojas, desde Miami.
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