Una ola golpeó a Juan Esteban Montoya Caicedo, como avisándole que un barco estaba muy cerca. Estaba acostado sobre un pedazo de bote, boca abajo. Cuando volteó su cuerpo, escuchó algo y, sin hacer ninguna seña -porque no tenía ni un aliento- vio cómo unos “ángeles” se acercaron hacia él para rescatarlo, tras dos días de permanecer naufragando en el mar.
Así recuerda este duro momento el colombiano que se convirtió en el único sobreviviente de un bote que se hundió el domingo 23 de enero con 40 personas a bordo, frente a la costa de Florida, Estados Unidos.
“Los motores del bote dejan de funcionar y, por ese motivo, quedamos en altamar, ahí flotando, hasta que el mar se pica y comienza a haber olas gigantes, más o menos de cuatro o cinco metros de altura, que pasan por encima del bote y -como el bote está estático- no tiene cómo poder salir; poder afrontar esas olas, comienzan a caer dentro del bote y comenzamos a inundarnos. El bote se llena de agua y se voltea”, recuerda Montoya.
El joven, que nació en Guacarí (Colombia) y perdió a su hermana, María Camila Montoya, en el siniestro, relató lo sucedido durante una rueda de prensa el lunes en Fort Pierce, Florida, a la que acudió acompañado de su madre, Marcia Giraldo.
Después, recordaba, más o menos unas 15 personas se agarran del bote y él recurre a la parte del motor, porque siente más seguridad y más calor. Pero, sin duda, su recuerdo más doloroso fue perder a su hermana, de 18 años de edad.
“Me duele mucho, me duele mucho, mucho, mucho, mucho la partida de ella, porque yo sacaba fuerzas de donde no tenía, buscándola todo el tiempo, todo el tiempo”, evoca el colombiano, quien dice que dejó de verla después de que el bote se volteara y acudiera a ella para auxiliarla. Pero no lo logró. “Todo el mundo se agarraba de todo el mundo” y luego “fue imposible encontrarla”.
No obstante, confiesa que contarle a su familia lo sucedido con María Camila fue el motivo que lo mantuvo vivo.
Ese resto de personas, con los días, por la dificultad que estábamos pasando, van muriendo"Juan Esteban Montoya, sobreviviente
Según Montoya, los motores dejaron de funcionar alrededor de la 2:00 a.m. del domingo, el barco se volteó casi cinco horas después y el lunes, hacia las cinco de la tarde, se queda solo. Hasta que fue rescatado el martes, cuando ya “no tenía fuerzas y sentía que iba a morir”.
Juan Esteban fue rescatado el martes 25 de enero por el capitán de un barco que lo avistó y comunicó a la Guardia Costera lo sucedido. Los guardacostas solo hallaron cinco cuerpos, tras la búsqueda de sobrevivientes entre la mañana del martes y el anochecer del jueves.
Para el colombiano, “ese resto de personas, con los días, por la dificultad que estábamos pasando, van muriendo. Se sueltan del bote, deciden salir del bote, morirse, suicidarse. Y eso es lo que sucede. Ya la falta de alimento, la falta de agua, la falta de descanso comienza a afectarte más y a hacer que tomes esa medida”.
“Cuando me quedé solo, fue más difícil. Fue mucho más duro porque ya la salud estaba mal. Mentalmente estaba mal y pues la soledad fue un golpe más para para lo sucedido. Pero bueno, no perdí la fe, eso fue lo que me sostuvo”, agregó el colombiano.
¿Asilo, detención?
Según Naimeh Salem, abogada del colombiano, también presente en la comparecencia de prensa, generalmente cuando una persona está llegando a Estados Unidos a buscar asilo político es detenida, pero se logró que saliera del hospital para reunirse con su mamá y ahora tratarán de que obtenga un estatus legal.
Los que vamos a estar pidiendo para él es asilo político"Naimeh Salem, abogada
“Los que vamos a estar pidiendo para él es asilo político. A él lo liberan. Por ahora, todavía no tiene ningunas condiciones”, dijo la abogada a los periodistas, quien no quiso dar más detalles para, según ella, “mantener la integridad del caso y tener éxito”.
Tampoco quiso referirse a las personas que organizan a los migrantes, pues señaló que no se sabe si el tema se puede convertir en una investigación criminal.
“Mientras no haya cargos, no hay ninguna investigación criminal. Así que nosotros lo que nos estamos enfocando es en pedirle asilo político a las autoridades por las condiciones que tenía Juan Esteban en su país de origen, y esa es nuestra meta. En cuanto a investigaciones criminales, pues todavía no hay una en curso”, explicó Salem a la prensa.
Por su parte, el colombiano dijo que encontró a través de Internet cuál era la mejor ruta para llegar a suelo estadounidense, pero recriminó a las personas que organizan este tipo de rutas.
“Esos criminales te hacen sentir seguro, te hacen sentir que te dicen que en tres o cuatro horas estás en Miami, desde Bahamas, que va a ser un buen barco, que al principio te dicen que vas con pocas personas, que es seguro, que vas con chaleco salvavidas; pero todo eso es mentira”, señala Montoya, quien además recuerda ir en el bote con dominicanos, colombianos, bahamenses, haitianos y jamaiquinos, entre los que se encontraban, dice él, una bebé y unas niñas.
Por ahora, Montoya solo manifestó que buscaba llegar a Estados Unidos para reencontrarse con su mamá, quien vive en Houston, y “buscar progreso y seguridad”.
La investigación sobre si hubo o no tráfico de personas sigue adelante, según informó el Departamento de Seguridad nacional.
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