Faltan solo 12 días para las elecciones de medio término en Estados Unidos, pero las cortes de todo el país están llenas de esfuerzos para generar dudas sobre los resultados.
Más de un centenar de demandas se han presentado este año relacionadas con las elecciones, casi todas por republicanos. Se cuestionan, entre otras cosas, las reglas sobre la votación por correo, la votación anticipada, el acceso de votantes, las máquinas de votación, la registración de votantes y el acceso a observadores partidistas en los colegios electorales.
Es el mayor litigio nunca visto antes de una elección y un anticipo del posible panorama post electoral. La estrategia nació en parte del fracaso de los aliados del expresidente Donald Trump de cuestionar y anular los resultados de la elección presidencial de 2020.
Sin embargo, mientras que los esfuerzos de 2020 fueron una serie de estrategias improvisadas por abogados mal preparados, como el caso de Rudy Giuliani, ahora es una campaña más formalizada y bien financiada dirigida por el Comité Nacional Republicano y otros aliados.
Los oficiales el partido dicen que se preparan activamente para recuentos, disputas de resultados y más litigios, mientras que miles de voluntarios están listos para cuestionar boletas y buscar pruebas de irregularidades.
Los demócratas también están movilizados, pero sus esfuerzos están más enfocados en facilitar la votación y ayudar a que todos los ciudadanos puedan tener acceso a las urnas. Un equipo encabezado por el abogado Marc Elias y su firma está litigando unos 40 casos en 19 estados.
Elias dijo que se está preparando para un diluvio de litigios de desafío a resultados, particularmente cuando algunos candidatos republicanos han dicho ya que no aceptarán una derrota o han planteado dudas sobre el proceso electoral sin haber pruebas de fraude.
“El problema con el Partido Republicano ahora es que aceptar una derrota electoral es lo único que afecta”, explicó Elias. “Cuestionar una elección que se ha perdido claramente es ahora donde está enfocado todo el incentivo, y eso es increíblemente corrosivo para la democracia”.
Los litigios en las elecciones no son nuevos, suceden casi siempre, pero eso generalmente ocurre después de una elección no antes.
Antes de la elección de 2020 hubo preocupaciones de que algún actor extranjero, como Rusia o quizás China, pudiera interferir y generar grandes problemas en la tabulación de resultados, pero eso no sucedió.
Este año, los funcionarios están sonando de nuevo las alarmas de que Rusia pretende amplificar las dudas sobre la integridad de las elecciones.
Esta semana, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre dijo que “ninguna actividad cibernética externa ha impedido nunca que un elector registrado emita su voto, comprometido la integridad de su voto o afectado la exactitud de un listado de electores”.
También prometió que el gobierno “monitoreará cualquier amenaza a las elecciones que pueda surgir y todas sus agencias trabajarán en conjunto para llevar la información relevante a los funcionarios y trabajadores electorales en el terreno”.
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