El secretario para asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Edgar Peña Parra, dijo a la Voz de América que la Iglesia católica espera que Venezuela tenga “un diálogo constructivo y sostenible” que derive en soluciones concretas a su prolongada crisis política, económica y social.
El religioso, considerado el número 3 en la cadena de mando del Vaticano, después del papa Francisco y el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolín, compartió detalles de su reciente reunión privada con el presidente Nicolás Maduro, habló del eventual rol de la Santa Sede en el diálogo y abogó por una paz y una justicia que no “cojeen” en el país.
“Creo que tocamos fondo y ahora hay esta sensación de que algo positivo está sucediendo y puede suceder”, expresó a la VOA sobre Venezuela, dentro de la oficina parroquial de la iglesia Santísimo Sacramento, en Maracaibo, la ciudad donde nació hace 62 años.
Voz de América: Han pasado ya 4 años de su designación como secretario para asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano. ¿Cómo ve a Venezuela? ¿Mejor, peor, igual que entonces? ¿Qué sentimiento se lleva de este reencuentro con su país?
Monseñor Peña Parra: Ya teníamos una impresión en Roma de que algo se mueve en positivo. En cualquier forma, no sé en qué escala, no sé cuán profundo ni sostenible sea lo positivo que esté sucediendo. Algo se nota que se mueve en positivo después de haber tocado fondo, porque eso también hay que tenerlo presente. Creo que tocamos fondo y ahora hay esta sensación de que algo positivo está sucediendo y puede suceder.
Esa es mi impresión, pero es una que ya comenzaba a tener en Roma con informes, gentes que pasan, personas que uno encuentra. En los días en que estuve en Caracas, personas serias me hablaban de un 85 % de pobreza en el país y de 50 % o más de pobreza extrema. El domingo pasado, quise ir a Petare (una zona popular de Caracas) por dos razones: es una diócesis nueva, no conocía al obispo y porque la diócesis es muy variada; también allí me hablaban en la parroquia de Petare, luego en una parroquia, la del Carmen, más adentro de Petare, y los padres Carmelitas también, de lo que están haciendo, de su percepción y de las necesidades que aún tiene el venezolano.
VOA: ¿Cómo calificaría la reunión que tuvo con el presidente Maduro, que fue sorpresiva para los venezolanos? ¿Qué mensaje le transmitió a nombre del Papa Francisco?
Monseñor Peña Parra: Le transmití el deseo de la Santa Sede para Venezuela y todos los lugares donde existen dificultades y conflictos, de reforzar lo que la Santa Sede y el Papa han repetido sin cansancio, que deseamos lo mejor para Venezuela, que Venezuela tenga un diálogo constructivo que nos lleve verdaderamente a salir adelante, que pueda aprovechar estas circunstancias que se han dado, que se deben a situaciones geopolíticas, como la guerra entre Rusia y Ucrania, aprovechar esta oportunidad para Venezuela, que es un país que en el campo energético tiene mucho qué decir, para volver a comenzar en cualquier forma.
Bueno, sobre todo, los deseos nuestros de que Venezuela vaya adelante, porque en realidad es una pena que Venezuela, siendo un país con tantos recursos, con el recurso más importante, que es un país de jóvenes, que son lo más importante que tiene un país, se estuviera o estemos en la situación donde hemos estado.
VOA: En su homilía del pasado 18 de noviembre en la Basílica de Maracaibo, abogaba por la consolidación del diálogo. ¿En algún nivel la Iglesia católica mediará, facilitará o se involucrará en este intento de revitalizar el diálogo en Venezuela?
Monseñor Peña Parra: Aunque la situación de 2016 para acá ha cambiado, el cardenal Parolín dejó claro lo que la Santa Sede deseaba para un diálogo serio, constructivo y sobre todo un diálogo sostenible que nos lleve a algo concreto, no con lo que se ha dicho mucho, que no sabemos hasta dónde es realidad, que sea un diálogo para perder tiempo. Era un poco las críticas de aquellos que, incluso nosotros, como Santa Sede, tuvimos que pagar caro el hecho de defender el diálogo y el entendimiento. Creo que algunos de esos elementos que entonces dijimos -no estaba en la Santa Sede en ese momento-, se dejaron esos puntos claros y creo que algunos sean todavía válidos.
El cardenal Parolín ya ha hablado de que nosotros siempre estamos dispuestos a dar una mano a un país católico como Venezuela, un país cercano al corazón del Papa y de nosotros. Tenga presente que dos de los superiores de la Secretaría de Estado, tres con el Papa, que es latinoamericano… el cardenal Parolín fue aquí Nuncio Apostólico y conoce muy bien la situación y yo soy un árbol de este bosque. Tenemos mucho interés porque Venezuela vaya adelante.
VOA: ¿Es posible actualizar esos puntos exigidos en 2016? Uno de ellos era la restitución de los poderes constitucionales de la Asamblea Nacional electa en 2015. ¿Es posible que pueda actualizarse la postura del Vaticano ante una realidad que ha evolucionado?
Monseñor Peña Parra: Eran seis puntos. Casi todos en cualquier forma tienen una cierta actualidad. Recuerdo, por ejemplo, el día que se llame a elecciones, revisar todo el proceso, ver los puntos críticos que aparentemente han tenido los procesos anteriores, lo que el pueblo común ha criticado y corregir esto, de manera que sean procesos que se consoliden.
VOA: También abogó en su reflexión del 18 de noviembre por la paz y la justicia. En un país donde se ha exigido reparación de víctimas, se denuncia la comisión de crímenes de lesa humanidad, ¿cómo pueden comulgarse esos valores con la realidad de Venezuela?
Monseñor Peña Parra: Cada proceso tiene su personalidad, pero procesos como el que hemos llevado nosotros requiere precisamente confrontarse con eso (la paz y la justicia). Quise subrayar en general de la paz, que, para lograrla, es necesaria la reconciliación y el perdón, pero al mismo tiempo es necesaria la justicia. Creo que la Iglesia venezolana, las instituciones democráticas venezolanas, que están en el día a día aquí, serán a las que les toque ver de cerca lo que ha sucedido en el país y ver los caminos que hay que tomar para realizar esto. Si no, es una justicia y una paz que cojean, que tienen aspectos que todavía quedan por hacer.
VOA: Venezuela tiene siete millones de migrantes fuera de su territorio. ¿Qué opinión tiene sobre la migración venezolana y sobre esos aspectos que pueden ayudar a frenarla?
Monseñor Peña Parra: La migración es un tema muy importante para la Iglesia católica en general. El Papa ha dicho que el Mediterráneo es el cementerio más grande de Europa. Ha invocado algo que llama mucho la atención y que tiene un gran fondo de verdad. Dice: ‘nos estamos jugando con la migración la civilización occidental’. Es un concepto muy profundo. Nos lo estamos jugando. O lo hacemos bien con el tema migración o, en verdad, que vamos camino a tener que resolver asuntos muy importantes para Occidente y el mundo.
En relación con la migración venezolana, no sé en este momento cuánto sea el flujo de gente que sale. Quizás todavía hay gente que quiere salir. Sé que hay un progresivo interés por volver a la nación de algunos. Se comienza a verificar que, ahora, que viene diciembre, muchos de los que podías venir, han venido. Pero tenemos una parte importante de venezolanos en el mundo, algunos que han arreglado su problema legal y existencial, además de todas las necesidades, y tenemos muchos otros que todos estos temas son temas pendientes. Estuve en Ecuador y, sin saber, quise reinaugurar la Nunciatura y hacer una visita a las autoridades, a los obispos, en la asamblea del episcopado.
Pedí que en algún tiempo libre me llevaran a algunas casas donde la Iglesia hace caridad. Dos, de congregaciones religiosas, estaban llenas de venezolanos. Personalmente, me di cuenta de que hay temas pendientes. El deseo es que esos venezolanos que están fuera, sin situación legal, organizada y ya definida, y luego los que viven situación de pobreza extrema también, bueno, de ver cómo podemos llegar hasta ellos en los lugares donde están, esperando que, en algún momento, si fuese posible, puedan regresar al país, porque la casa siempre es la casa.
VOA: En su regreso a Roma, en su conversación con el Papa Francisco, ¿qué le contará de lo que vio de Venezuela, de los venezolanos? ¿Qué imagen de Venezuela lleva consigo?
Monseñor Peña Parra: Me llevo esta imagen de una Venezuela que da la impresión que, a todos los niveles, quiere seguir caminando, eso lo he notado, cada quien en la circunstancia en que está. Venezuela no se ha dejado… Maracaibo, el Zulia, no nos hemos dejado abatir y hundir por la difícil situación por la cual se ha pasado. Eso le diría al Santo Padre. Luego, que tenemos un episcopado que está unido entre ellos, con el clero, con religiosos y religiosas que están tratando, en medio de muchas dificultades, de seguir adelante. Hemos pedido (al gobierno) que nos ayuden en el tema de los visados de personal religioso.
Es muy importante, porque aún en Venezuela tenemos muchos religiosos de fuera, que nos dan una mano importante para escuelas, el ámbito de salud, de caridad en general que todavía lleva la Iglesia católica. También, que los misioneros que tenemos que puedan tener una situación interna en el país, organizada de manera que puedan continuar su labor.
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