Las quejas que semanas atrás se generaron tras las denuncias de que migrantes que recientemente habían llegado a Nueva York hacían mal uso de los hoteles en que los albergaron temporalmente, han sido redebatidas por otros refugiados en la ciudad.
Más de 45.000 migrantes han llegado a la ciudad de Nueva York en los últimos meses y han sido ubicados en albergues, y en ocasiones en hoteles igualmente destinados al turismo.
Para muchos que llegan en busca del sueño americano, este tipo de comportamiento es deplorable.
“Por culpa de ellos la pueden hacer a todos los inmigrantes que estamos aquí”, dijo a la Voz de América una migrante ecuatoriana que se identificó como Marisol. “Deben ser un poquito más responsables”.
Uno de los casos más destacados fue el del Hotel Row, en la populosa Times Square, donde un empleado se quejó del “desorden monumental” que había en las habitaciones ocupadas por migrantes y de las que divulgó fotografías que fueron reproducidas por el diario The New York Post.
Odalys, una migrante venezolana, relató a la VOA su situación actual bajo presión por una disputa personal con su cónyuge.
“Tuve una discusión con mi esposo, a él le llamaron la policía y entonces no lo quieren dejar entrar y yo ahorita me voy a salir para la calle con mis dos hijos, yo tengo un bebé de dos años y una bebé de 4 años”, dijo la mujer quien actualmente vive en un refugio.
Las autoridades del refugio alegan que hubo violencia doméstica, algo que Odalys niega
“Él nunca me tocó, nunca me pegó”, dijo y describió las condiciones que les impuso la gerencia. “Ellos me dicen que me dan hospedaje a mí y a mis hijos, pero mi marido se asoma por acá y no lo quieren dejar entrar, entonces no es justo porque él no me pegó, los del shelter [refugio] le llamaron la policía”.
El flujo de migrantes venezolanos de manera irregular ascendió en el año fiscal 2022 a números históricos, pero una medida implementada el 12 de octubre de 2022 por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y conocida como parole humanitario, parece haber frenado en seco las entradas sin autorización, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés).
El costo de contratar hoteles para convertirlos en albergues se ha incrementado y según la alcaldía el gasto ya supera los 500 millones de dólares y podría alcanzar los 4.000 millones de dólares en el próximo año fiscal.
[Con información de Ángela González, corresponsal de VOA desde Nueva York]
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