“La situación en la frontera es muy grave, muy desafiante y muy difícil”, reconoció el viernes Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU (DHS, por sus siglas en inglés), durante su visita a la frontera sur de cara al fin del Título 42 el próximo 11 de mayo.
Desde la ciudad fronteriza de Brownsville, Texas, Mayorkas aseguró que el propósito de su viaje fue “revisar nuestras operaciones y ver nuestra planificación para el fin del título 42”, mientras que apuntó a la necesidad de un esfuerzo “regional” y “comunitario” para atajar la migración irregular.
Mayorkas enfatizó que los preparativos incluyen medidas anunciadas en días pasados, como la cooperación con Panamá y Colombia para lanzar una campaña de prevención que persuada a los migrantes a no cruzar la selva del Darién. Además, la continuación del parole humanitario y la apertura de centros de procesamiento de migrantes en la región.
El secretario del DHS reiteró que a partir del 12 de mayo implementarán un proceso de remoción expedita, así como una regla que establece la inelegibilidad al asilo de quienes no soliciten a alternativas legales de migración y crucen ilegalmente.
Mientras se dirigía a la prensa, a la espalda de Mayorkas se apreciaba una fila de migrantes bajo una carpa provista por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que aguardaban para abordar en autobuses que los transportarían a otros centros de procesamiento o a puntos de entrada para ser expulsados a México.
La frontera de Brownsville, en el Sector del Valle del Río Grande, es actualmente uno de los puntos por donde ingresan una mayor cantidad de migrantes, especialmente venezolanos, informó el jueves un funcionario del CBP.
En este sector, el CBP tiene en custodia más de 6.000 migrantes, y unos 4.000 de ellos son venezolanos. El DHS, por su parte, apuntó que cada día, al menos tres grupos de cientos de venezolanos son expulsados desde Brownsville por cruzar ilegalmente a territorio estadounidense.
Reanudación de los vuelos de deportación
Más temprano el viernes, un funcionario del DHS anticipó que continuarán realizando decenas de vuelos de expulsión semanalmente una vez se regrese al Título 8. Bajo esta disposición se comenzarán a realizar repatriaciones y deportaciones aceleradas. La cantidad de vuelos con migrantes “dependerá de la demanda”.
“Continuamos aumentando los recursos, el personal, las capacidades de transporte, los aviones para efectuar un mayor número de expulsiones cada semana”, dijo Mayorkas en la conferencia.
Previo a su aparición frente a la prensa, Mayorkas visitó las facilidades de Port Isabel, otra ciudad fronteriza, donde se reunió con agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). “Los vuelos de remoción se realizan muchas veces a la semana para aquellos que no tienen una base legal para permanecer en EEUU”, insistió Mayorkas en sus redes sociales.
En McAllen, Texas, Mayorkas sostuvo encuentros con oficiales del CBP, quienes le aseguraron que ya están “viendo una gran cantidad de encuentros” con migrantes.
Mayorkas, además, resaltó la asignación de 332,5 millones de dólares a gobiernos locales y organizaciones sin fines de lucro “para ayudar a las comunidades” que reciben a migrantes indocumentados mientras esperan el resultado de sus procedimientos de inmigración.
Ante el aumento de migrantes llegando a la frontera, Carry Huffman, comisionado adjunto del CBP, aseguró que durante los últimos 24 meses la agencia ha aumentado su capacidad “para prepararnos para esto”.
Raúl Ortiz, jefe de la Patrulla Fronteriza de EEUU, también presente en la comparecencia de Mayorkas, abundó en que “sabíamos que íbamos a ver algunos aumentos aquí y eso ha ocurrido en las últimas dos semanas”.
Ortiz apuntó que los 1.500 efectivos adicionales del Departamento de la Defensa que se movilizarán a la frontera irán específicamente a El Paso, Texas, “para permitir que recursos que estaban dedicando al área vayan a otros sectores que requieren capacidad adicional”.
Despliegue de tropas en la frontera
En El Paso, la Guardia Nacional comenzó recientemente a instalar una nueva cerca de malla y alambre de púas a lo largo de unos 30 kilómetros en la frontera. Algunos migrantes decidieron instalarse junto a la cerca para esperar alguna oportunidad de cruzar.
“Están ahí, todos los que son los militares de aquel lado, los gringos están de aquel lado esperando que de uno el paso para agarrarlo y deportarlo. Ahí están todavía, no se han despegado”, dijo Mauricio Blanco, un migrante venezolano que se encontraba del lado de Ciudad Juárez.
El fin del Título 42, la orden de salud pública emitida en 2020 por el gobierno de Estados Unidos para frenar la propagación del COVID-19, que sirvió para frenar la llegada de ciudadanos indocumentados por la frontera sur, finalizará este 11 de mayo.
[César Contreras, periodista de la VOA, colaboró en este informe]
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