Las principales ciudades de Bolivia, Santa Cruz y La Paz, registraban el lunes mala calidad de aire debido a una humareda producto de las quemas forestales que este año se han prolongado y agravado por la sequía.
La más contaminada era la ciudad de Santa Cruz, motor agroindustrial en el oriente del país, donde el lunes varias escuelas debieron suspender las clases. El alcalde Jhonny Fernández pidió a los vecinos usar cubrebocas y evitar las actividades al aire libre al tiempo que convocó a una reunión de “emergencia” a las autoridades locales para coordinar una respuesta a la emergencia.
“Es la contaminación más elevada desde 2020 y ha llegado a un rango de cuatro de una escala de cinco, lo que quiere de decir que el aire es peligroso para la salud humana”, dijo el secretario de Medio Ambiente del municipio de Santa Cruz, Diego Rojas.
El fin de semana varios vuelos sufrieron demoras en Santa Cruz debido a problemas de visibilidad. Esa ciudad —de 2,2 millones de habitantes— registró una temperatura de hasta 41 grados centígrados, una de las más altas de los últimos años. “La ola de calor, sumado a fuertes vientos y la escasez de lluvias están agravando los incendios”, agregó el funcionario.
La mayor parte de las quemas forestales son causadas por agricultores quienes durante la época seca queman la maleza y los pastizales para renovar los cultivos o ampliar la frontera agrícola. La temporada coincide con fuertes vientos y altas temperaturas, lo que hace que los incendios se propaguen y salgan de control, según autoridades y expertos.
Este año las quemas se han prolongado debido a la sequía que castiga gran parte del territorio boliviano y a buena parte de Sudamérica, incluida la Amazonia de cuya cuenca Bolivia forma parte.
Santa Cruz, Beni y La Paz registraban el lunes la mayor cantidad de incendios. “Nos preocupa la escalada de incendios en el norte de La Paz donde se mantienen 61 activos”, dijo el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
El gobierno envió un helicóptero a apagar el fuego desde el aire, dijo el funcionario.
El estatal Servicio Nacional de Meteorología informó que las lluvias están retrasadas y se esperan precipitaciones recién en noviembre.
Los expertos en clima atribuyen la fuerte sequía y las altas temperaturas al fenómeno climático de El Niño, que provoca un calentamiento estacional de las aguas del Pacífico que reduce las lluvias y al calentamiento excepcional del Atlántico producto del cambio climático.
Estos fenómenos se están agravando por la acción humana como los incendios forestales, dicen expertos bolivianos. Las quemas son toleradas con el argumento de la producción de alimentos y no se conocen procesos legales en contra de los responsables, según la Fundación Tierra, dedicada a estudios agrícolas.