El nombramiento de Yahya Sinwar como líder supremo de Hamás formaliza una función que asumió en las primeras horas del 7 de octubre, cuando un ataque sorpresivo contra Israel, que él ayudó a organizar, dio inicio al capítulo más sangriento del conflicto entre Israel y los palestinos.
Sinwar es visto como un partidario intransigente con vínculos más estrechos con el brazo armado de Hamás que su predecesor, Ismail Haniyeh, asesinado el mes pasado en una explosión en la capital de Irán, que muchos atribuyen a Israel y que podría desencadenar una guerra total en la región.
Sinwar ya era considerado como quien tenía la última palabra en cualquier acuerdo de cese al fuego para Gaza y la liberación de docenas de rehenes israelíes que siguen en poder de Hamás.
Pero se mantiene oculto en Gaza, y los mediadores señalan que el intercambio de mensajes con él toma varios días. Esto plantea preguntas sobre como manejaría una organización creciente con cuadros en todo Oriente Medio.
Hamás ha sobrevivido al asesinato de varios de sus líderes principales en más de tres décadas, al tiempo que ha mantenido una gran cohesión interna, y el nombramiento de Sinwar, que encabeza la lista de los más buscados por Israel, fue un acto desafiante.
Pero Hamás nunca ha enfrentado una crisis de esta magnitud, y el hombre que la organizó ahora está a cargo de manejar las consecuencias.
Una postura aún más dura hacia Israel
Haniyeh era un veterano del ala política de Hamás que alguna vez se desempeñó como primer ministro palestino y, más recientemente, manejó los asuntos del grupo desde su base en Qatar.
Si bien Hamás siempre ha defendido la lucha armada, Haniyeh y otros líderes en el exilio han asumido ocasionalmente un tono más moderado, e incluso han expresado su apertura a una posible solución de dos Estados, aunque oficialmente siguen rehusándose a reconocer a Israel.
En contraste, Sinwar pasó más de dos décadas en prisiones israelíes y dijo a los interrogadores que había matado a 12 presuntos colaboracionistas palestinos, ganándose una reputación de brutalidad entre ambos bandos del conflicto.
Él y Mohammed Deif, el esquivo líder del brazo armado de Hamás, a quien Israel afirma haber asesinado en un ataque reciente, dedicaron años a construir la fuerza militar del grupo y se piensa que idearon el ataque del 7 de octubre. Un grupo de milicianos irrumpió en Israel aquel día, asesinando a cerca de 1.200 personas y secuestrando a unas 250.
En negociaciones recientes, “Haniyeh ha desempeñado una importante función en tratar de convencer a Sinwar de que acepte una propuesta de cese al fuego con Israel”, dijo Hugh Lovatt, experto en el conflicto entre Israel y los palestinos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Sinwar se ha apegado a las exigencias de la liberación de miles de prisioneros palestinos, el retiro total de las fuerzas israelíes de Gaza y un cese al fuego duradero, aun cuando cerca de 40.000 palestinos han muerto en la guerra en curso, según autoridades locales, y gran parte del territorio ha quedado en ruinas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió continuar la guerra hasta que Hamás quede completamente destruido y todos los rehenes vuelvan a casa.
“El asesinato de Haniyeh ya ha llevado las negociaciones de vuelta a su fase inicial”, dijo Lina Khatib, experta en el conflicto de Chatham House, un grupo de analistas con sede en Londres. “Este movimiento realizado por Hamás en el ajedrez hace que las negociaciones sean aún más problemáticas”.
Sadeq Abu Amer, director del Grupo de Diálogo Palestino, un centro de estudios con sede en Turquía, dijo que, si bien el ascenso de Sinwar podría parecer un “desafío para Israel”, sigue siendo posible llegar a un acuerdo.
Añadió que Sinwar, en su nueva función, “podría dar un paso que sorprenderá a todo el mundo”.
Dirigir desde las sombras
Es difícil pronosticar cómo dirigirá Sinwar a Hamás debido al secretismo que lo rodea.
A Sinwar no se le ha visto desde el inicio de la guerra, e incluso antes del 7 de octubre, hizo muy pocas apariciones en público. Es probable que se oculte en lo profundo de la red de túneles de Hamás, aislado en gran medida del resto del mundo.
Aunque puede esperarse que establezca una política general y tome la decisión final sobre un acuerdo de cese al fuego, es probable que las operaciones cotidianas de Hamás en la Cisjordania ocupada por Israel y en otras partes sean manejadas por sus líderes exiliados en Qatar, Líbano, Turquía e Irán.
“Hay asuntos sobre los que puede tomar una decisión, y hay asuntos y temas que sus subordinados y el resto de miembros del buró político pueden abordar”, señaló Hani al-Masri, veterano analista palestino que, con el paso de los años, se ha reunido con la mayoría de los líderes de Hamás, entre ellos, Haniyeh y Sinwar.
Hamás tiene una larga historia de perseverancia tras el asesinato de sus líderes principales, incluido su fundador y líder espiritual, el jeque Ahmed Yassin, asesinado en 2004 en un ataque aéreo.
Pero nunca ha enfrentado una campaña de asesinatos selectivos de esta magnitud.
Israel afirma haber matado a decenas de comandantes de Hamás en Gaza, entre ellos Deif, cuya muerte no ha sido confirmada ni negada por Hamás. Otro líder principal de Hamás, Saleh Arouri, fue asesinado en enero en un aparente ataque aéreo israelí en Beirut. Es probable que la serie de asesinatos selectivos haya hecho que otros líderes de Hamás limiten sus movimientos y sus contactos.
Esto podría llegar a degradar a la organización, aun cuando goza del apoyo de muchos palestinos, sino es que todos.
“Es probable que la eliminación de líderes de alto rango de Hamás por parte de Israel, los cuales no pueden ser reemplazados fácilmente, haya tenido un impacto cualitativo en el movimiento”, dijo Lovatt. “Sin embargo, de manera más fundamental, el asesinato de figuras de alto nivel como Arouri y Haniyeh parece haber inclinado a movimiento en una dirección más cercana a la línea dura”.
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