Rebeldes hutíes de Yemen asaltaron la sede de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas en la capital, Saná, donde confiscaron documentos, muebles y vehículos, dijo el martes un funcionario de Naciones Unidas (ONU).
La redada formaba parte de una operación de los hutíes contra personas que trabajan con la ONU, agencias humanitarias y embajadas extranjeras.
Los rebeldes con apoyo iraní también mantienen una campaña de ataques al tráfico naviero en el corredor del mar Rojo relacionada con la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
Los rebeldes tomaron las instalaciones de la Oficina de Derechos Humanos en Saná el 3 de agosto, tras obligar a los trabajadores yemeníes de la ONU a entregar objetos como documentos, muebles y vehículos, indicó el jefe de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Türk, en un comunicado.
“Las fuerzas de Ansar Allah deben abandonar las instalaciones y devolver todos los activos y pertenencias de inmediato”, dijo Türk, empleando el nombre oficial de los hutíes.
Un vocero de los hutíes no respondió a llamadas telefónicas y mensajes para solicitar comentarios.
La Oficina de Derechos Humanos había anunciado la suspensión de sus operaciones en Yemen tras la represión de junio, pero aún opera en algunas zonas del país controladas por el gobierno con reconocimiento internacional.
Los hutíes detuvieron en junio a más de 60 personas que trabajaban con la ONU y otras ONG, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Entre los detenidos había seis trabajadores de esa oficina, que se sumaron a otros dos colegas detenidos por los hutíes en noviembre de 2021 y agosto de 2023, indicó la agencia.
Unos días después de las detenciones, los rebeldes dijeron que habían arrestado a los miembros de lo que describieron como una “red de espionaje estadounidense-israelí”.
En su momento publicaron supuestas confesiones grabadas en video de 10 yemeníes, varios de los cuales varios dijeron haber sido reclutados por la embajada estadounidense en Yemen. No fue posible verificar estas afirmaciones de forma independiente.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU dijo que uno de sus empleados detenidos había aparecido antes en un video en el que fue obligado a confesar acusaciones, incluidas algunas sobre espionaje.
Los hutíes libran una guerra civil desde 2024 con el gobierno yemení, con reconocimiento internacional, respaldado por una coalición de liderazgo saudí.
El conflicto ha dejado más de 150.000 muertos, entre combatientes y civiles, y ha creado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Los rebeldes han encarcelado a miles de personas durante la guerra. En los últimos meses han redoblado la persecución a la disidencia en su territorio, lo que incluye la reciente condena a muerte a 44 personas.
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