Los candidatos a vicepresidente de Estados Unidos, el senador republicano por Ohio, JD Vance, y el gobernador demócrata de Minnesota, Tim Walz, se enfrentaron este martes en su primer y único debate programado en Nueva York antes de las elecciones de noviembre, donde ambos defendieron sus posiciones en inmigración, aborto y política exterior.
Para ambos aspirantes, el cara a cara es una carta de presentación ante una amplia porción de votantes estadounidenses. Tanto Vance como Walz son figuras relativamente nuevas en el escenario político nacional, lo que añadió un toque de incertidumbre al encuentro, que tuvo lugar tres semanas después del primer y posiblemente único debate entre el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris.
El tono del debate fue sosegado y hasta cordial, incluso en los momentos de mayor desacuerdo entre los candidatos, quienes no se conocían previamente y se saludaron al comenzar el encuentro. Al término de los 90 minutos de debate, Vance intercambió un saludo con Gwen Walz, esposa del demócrata. Walz hizo lo mismo con Usha Vance, la esposa de JD Vance.
Inmigración a debate
La cuestión migratoria, uno de los temas que más preocupa a los estadounidenses, centró una buena parte del debate. El senador republicano evocó las palabras de Donald Trump al insistir en que se debe “frenar la crisis de inmigración” causada por la administración demócrata que, según afirmó, “abrió las puertas a esta oleada” de migrantes que han llegado a EEUU.
De acuerdo con Vance, esta situación terminaría si “se aplicaran las políticas de Trump” basadas en respaldar una "deportación masiva” y “construir el muro (fronterizo)” con México. “Lo primero que hay que hacer es deportar a casi un millón de inmigrantes que han cometido algún tipo de crimen en EEUU”, propuso.
Su contrincante demócrata subrayó que desde el Congreso se ha estado trabajando para impulsar una legislación que maneje la situación migratoria en el país. Walz recordó que se trata de un proyecto de ley que no se ha logrado aprobar debido a la presión negativa de Donald Trump sobre el ala legislativa republicana.
“Donald Trump dijo que no, porque de lo contrario no sabía de qué iba a hablar (en su campaña contra Harris). Eso tiene que hacerse durante la legislatura, no por orden ejecutiva. Trump tuvo cuatro años para hacerlo, les prometió un muro que México pagaría, y eso no pasó y solo se construyó el 2 %”, dijo Walz al criticar la política migratoria del expresidente.
Según Walz, los republicanos "diabolizan el tema" y lo utilizan en su beneficio sin importar si dañan a comunidades enteras. Su afirmación aludió a la polémica en torno a los inmigrantes haitianos en la localidad de Springfield, Ohio.
Ante las críticas de los republicanos, los demócratas afirman que la frontera suroeste ha registrado una caída reciente en las llegadas de migrantes debido precisamente a las iniciativas impulsadas por la administración Biden-Harris, que están enfocadas en la migración legal y segura con un endurecimiento de las consecuencias para las entradas irregulares al país.
Durante este segmento, ambos candidatos intentaron hacer uso de la palabra más allá de sus tiempos asignados, por lo que las moderadoras del debate decidieron cortar los micrófonos para pasar al siguiente tema.
En el resto del debate, Vance se desvió en varias ocasiones de las preguntas hechas por las periodistas de la cadena CBS, Margaret Brennan y Norah O'Donnell, para continuar sus ataques contra las políticas migratorias de Harris.
Vance llegó a vincular durante el debate a la inmigración irregular con la falta de viviendas asequibles. Las moderadoras refutaron la afirmación indicando que el tema de la vivienda se debe a una serie de factores entre los que no resalta la migración.
El complejo tema del acceso legal al aborto
Walz y Vance también abordaron la cuestión de los derechos reproductivos, una de las más divisivas en este ciclo electoral. El gobernador de Minnesota recordó que en su estado se protegió el acceso al aborto legal, después de que la Corte Suprema del país derogara la protección federal a este servicio médico y diera la potestad a los territorios para establecer sus propias regulaciones.
Walz consideró que los derechos reproductivos “son derechos básicos humanos” y que si no se protegen, se seguirán viendo consecuencias muy negativas. “Hemos visto cómo la mortalidad maternal se disparaba en Texas (…) y lo único que está haciendo Trump es tratar de determinar cómo encontrar la parte política de esto”, denunció.
Vance aseguró por su parte que, de ganar, su gobierno no va a crear “una agencia de monitoreo de embarazos” y que como republicano su única intención es “proteger vidas inocentes”.
“Tenemos que hacer las cosas mucho mejor, hay gente que no confía en nosotros y queremos que el partido sea a favor de la familia, quiero apoyar los tratamientos de fertilidad, que las familias jóvenes puedan costear una vivienda y formar una familia, tenemos que dar más opciones”, argumentó.
Liderazgo en la arena internacional
El debate vicepresidencial arrancó con el tema del conflicto de Medio Oriente, agudizado este martes con la escalada en los ataques entre Irán e Israel. El gobernador Walz recordó que la “expansión de Israel es una necesidad esencial para EEUU” e insistió en que “lo fundamental es que haya un liderazgo firme” en esta cuestión.
En esa línea, señaló que Donald Trump “es débil” al considerar que personas cercanas al expresidente "aseguran que no está listo para un puesto en la Casa Blanca”, al tiempo que defendió a Kamala Harris como una líder "firme" que entiende "la importancia de nuestros aliados”.
Vance, por su parte, aseguró que Trump es el candidato que puede “dar estabilidad al mundo” y denunció que “Irán, que fue quién lanzó este ataque, ha recibido más de 100.000 millones de dólares" gracias a la administración de Joe Biden y Kamala Harris.
"EEUU va a restablecer la paz en el mundo y vamos a apoyar a nuestros aliados donde quieran que estén", prometió Vance sobre un segundo mandato de Trump.
Control de armas y violencia
La violencia armada en EEUU fue otro de los temas que enfrentó a Vance y Walz. El gobernador demócrata reconoció que es “cazador” y que posee armas, al igual que su oponente republicano, aunque insistió en que apoya una legislación que endurezca los chequeos de antecedentes, - como la que él mismo implementó en su estado - como algo que puede ser beneficioso para disminuir las cifras de incidentes con armas.
“Ese es un buen punto para empezar la conversación”, explicó Walz, quien contó que su hijo fue testigo de un tiroteo en un centro comunitario y remarcó que Kamala Harris ha estado trabajando durante mucho tiempo para impulsar reglas de control de armas dentro de los límites de la Constitución de EEUU.
“Nadie quiere meter miedo con el hecho de quitar las armas, pero sabemos que hay países alrededor del mundo que no practican los simulacros de ataque”, dijo el gobernador demócrata.
En esa línea, Vance afirmó que “tenemos que hacer las cosas mejor” pero se preguntó “cómo hacerlo”, al denunciar que la mayoría de las armas con las que se realizan los tiroteos masivos son obtenidas de forma ilegal.
“Eso es algo que me molesta y me preocupa. Casi el 90 % son perpetrados con armas adquiridas ilegalmente, por el ingreso de armas ilegales de los carteles de México que han entrado por las políticas migratorias de Harris”, recalcó, aunque registros oficiales muestran que la mayoría de los tiroteos masivos recientes se han producido con rifles de alto calibre comprados de manera legal por los tiradores.
“¿Cómo protegemos a los niños? Creo que tenemos que aumentar la seguridad en las escuelas, con puertas y ventanas más sólidas, con más policías escolares porque no tenemos una varita mágica para quitar las armas de los malhechores”, comentó afirmando que “tenemos que buscar las soluciones bipartidistas”.
El estado de la democracia y el 6 de enero
En la parte final del debate, los candidatos respondieron preguntas sobre “el estado de la democracia”. Las moderadoras preguntaron directamente a Vance sobre qué haría si “se desafían los resultados electorales”, como hizo Donald Trump en las anteriores elecciones de 2020. El candidato presidencial republicano aún desafía los resultados que le dieron la victoria entonces a Joe Biden.
“Lo que dijo el presidente Trump es que hubo problemas en 2020 y pienso deberíamos discutir eso de manera pacífica y públicamente. Él dijo que el 6 de enero que las protestas deberían ser pacíficas, y el 20 de enero Trump se fue de la Casa Blanca y Biden entró”, expuso Vance para justificar que el expresidente no tuvo mayor implicación en los disturbios en el Capitolio de EEUU.
Con todo, advirtió que hay “una amenaza a la democracia de este país” debido al clima político divisivo. “Es la amenaza de la censura, de estadounidenses que están distanciándose de amigos por temas políticos, esa es una amenaza más grande”, apuntó el candidato republicano.
Al mismo tiempo, Walz rebatió las afirmaciones de su contrincante política recordando que Trump “rehusó a reconocer” los resultados electorales. “Claramente perdió la elección, 140 policías fueron golpeados en el Capitolio y, en ese asunto, (el entonces vicepresidente) Mike Pence tomó la decisión correcta” al certificar la victoria de Biden, dijo.
“El ganador tiene que ser el ganador. Esto tiene que parar. (Este clima de división) está destrozando nuestro país”, remarcó Walz.
Carta de presentación para Vance y Walz
Walz ha tenido una larga carrera política, aunque fuera de Minnesota era poco conocido hasta que fue elegido por Harris como candidato vicepresidencial demócrata. Por su parte, Vance ganó notoriedad por su libro Hillbilly Elegy y fue elegido al Senado en 2022, apenas dos años antes de ser seleccionado por Trump como su número dos.
Una de las razones por las que el debate Walz-Vance podría tener más peso que el cara a cara vicepresidencial de hace cuatro años, según los expertos, es que en esta ocasión Harris y Trump compartieron escenario solo una vez como líderes de fórmula. Eso significa que esta puede ser la última oportunidad antes del día de las elecciones para que los votantes vean a las dos duplas enfrentarse directamente.
La sede del debate, Nueva York, es considerada un “bastión” demócrata y además, es el antiguo hogar de Trump, quien allí mismo fue declarado culpable por un jurado de influir ilegalmente en las elecciones de 2016 a través de pagos para silenciar a una actriz porno.
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