El presidente Donald Trump y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, sostuvieron una llamada telefónica este miércoles para encontrar una manera de poner fin a los aranceles del 25% que ambos países se impusieron.

La llamada no arrojó acuerdo alguno. Trump dijo a Trudeau que los esfuerzos de Ottawa para reducir el flujo de fentanilo a Estados Unidos no bastan para derogar los aranceles.

En Truth Social, el mandatario escribió:

“También le dije al gobernador Justin Trudeau de Canadá que él causó en gran medida los problemas que tenemos con ellos debido a sus débiles políticas fronterizas, que permitieron que enormes cantidades de fentanilo y de inmigrantes ilegales ingresaran a Estados Unidos”.

Entre tanto, Trump habló con los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos, otorgándole una exención de un mes a cualquier auto que entre al país para evitarle una desventaja económica debido a los aranceles.

Karoline Leavitt, Vocera de la Casa Blanca, dijo:

“Les dijo que deberían ponerse manos a la obra, empezar a invertir, empezar a trasladar la producción por turnos aquí, a Estados Unidos, donde no pagarán aranceles. Ese es el objetivo final”.

Trump, dijo su vocera, está abierto a exenciones adicionales. Al mismo tiempo, los aranceles a México y Canadá quedan vigentes en su totalidad.

A la espera de que Trump hable también con el gobierno de México, la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo que buscarán nuevos socios comerciales.

“Todo lo que sea para proteger a México y a los mexicanos en el marco de la soberanía y la dignidad”.

China respondió rápidamente a los nuevos aranceles estadounidenses, anunciando aumentos del 10% y el 15% a los gravámenes para las importaciones de productos agrícolas estadounidenses.

Lin Jian, Vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China aseguró:

“Estamos dispuestos a luchar hasta el final.”

Beijing, el mayor importador agrícola del mundo, estaría mirando a América Latina, Europa y el Pacífico para obtener más carne, productos lácteos y granos.