Los presidentes y cancilleres presentes en la XXV Cumbre Iberoamericana, en Cartagena, Colombia, iniciaron una reunión a puerta cerrada inmediatamente después de la sesión inaugural del foro, que este año está centrado en los jóvenes, la educación y el emprendimiento.
La Cumbre de Cartagena arrancó con intervenciones de la secretaria general Iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, y el presidente del país anfitrión, Juan Manuel Santos.
Los jefes de estado y de gobierno participantes, aprobaron un comunicado de respaldo al proceso de paz que lidera en Colombia el presidente Juan Manuel Santos.
Reiteraron su apoyo al Gobierno de Colombia para continuar en la búsqueda de la paz y expresaron su respaldo al acuerdo logrado entre el Gobierno de Colombia y las Farc-EP.
Además resaltaron los diálogos emprendidos después del 2 de octubre por el presidente Santos con los representantes que promovieron la votación por el SÍ y por el NO en el plebiscito.
Por otra parte el presidente de México, Enrique Peña Nieto, llamó a impulsar decididamente la educación y hacer realidad los anhelos de los pueblos, especialmente de los niños y jóvenes, de esta región.
Peña Nieto advirtió que tomar riesgos, romper paradigmas y perseguir los sueños es parte de la naturaleza de la juventud iberoamericana.
En representación del presidente de Argentina, Mauricio Macri, la canciller Susana Malcorra pidió apoyo al reclamo de Argentina sobre Malvinas.
El mandatario de Ecuador, Rafael Correa, denunció los procesos por los cuales se destituyó en Brasil a Dilma Rousseff y salió a defender a Cristina Kirchner ante su delicada situación judicial.
Y también puso en la mesa el ''acoso y boicot económico'' contra Venezuela.
Se tenía previsto que durante la mañana arribara a Cartagena el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien finalmente no acudió y envío a su canciller, Delcy Rodríguez.
Ni el brasileño Michel Temer, ni el argentino Mauricio Macri, vinieron a la reunión iberoamericana.
La crisis en Venezuela será uno de los asuntos que previsiblemente aborden los mandatarios, tras una petición expresa de varios países en ese sentido, y también del empresariado de la región iberoamericana.
A la cumbre asisten los presidentes de México, Guatemala, Chile, República Dominicana, Honduras, Perú y Panamá, además del rey de España y los mandatarios de Portugal y Andorra.
El resto de países están representados por cancilleres y vicepresidentes.