Bolivia devolvió al Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito de 346 millones de dólares alegando que es “oneroso y desventajoso” después que el año pasado fue otorgado al gobierno interino de Jeanine Áñez.
“El crédito contraído con el FMI representa un costo al Estado boliviano, en solo nueve meses, de 24,3 millones de dólares", de los cuales 19,6 millones fueron por variación cambiaria y 4,7 millones por intereses y comisiones, informó el miércoles en conferencia de prensa el presidente del Banco Central de Bolivia, Edwin Rojas. La autoridad anunció procesos civiles, administrativos y penales a los autores.
"Este crédito es oneroso y desventajoso frente a otros créditos de otros organismos internacionales", agregó.
La gestión de Áñez tramitó el dinero en abril con el propósito de paliar los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus. El dinero se desembolsó el mismo mes, pero fue rechazado por la Asamblea Legislativa dominada por el Movimiento al Socialismo (MAS) partido del gobierno del expresidente Evo Morales, quien renunció tras una crisis política social en noviembre de 2019.
“Es una pena que este dinero se haya tenido parado”, dijo la senadora opositora Andrea Barrientos a la televisora Unitel.
En noviembre pasado, con el gobierno del actual presidente Luis Arce, quien fue ministro de Economía de Morales, se efectuó el análisis del crédito y se estableció que no cumple con los preceptos constitucionales de aprobación legislativa. “Además imponía condiciones de orden fiscal, cambiario y financiero que vulnera de esta manera la soberanía y el interés económico del estado”, mencionó Rojas.
El año pasado, ante las pugnas políticas, el director del hemisferio occidental del organismo, Alejandro Werner, envió una carta al Ministerio de Economía en el que aseguraba que “el apoyo financiero no está sujeto a condicionalidad... ni a los exámenes del directorio ejecutivo que forman parte de los programas respaldados por el FMI”.
Áñez, por su parte, denunció en reiteradas ocasiones que su gestión estaba siendo “bloqueada” por la Asamblea Legislativa.
Después que Arce ganó las elecciones, el FMI lo calificó como el “artífice” de un periodo económico próspero y dijo que espera trabajar con él de manera estrecha cuando asumiera la presidencia de la nación sudamericana.