El presidente ecuatoriano Lenín Moreno decretó el miércoles un nuevo estado de excepción en 16 provincias con restricciones de movilidad y confinamiento los fines de semana con el objetivo de frenar la imparable expansión del COVID-19, que mantiene colapsados hospitales públicos y privados en el país andino.
El mandatario argumentó que esa decisión regirá desde este viernes hasta el 20 de mayo "por calamidad pública" y por el contagio acelerado y afectación a grupos de atención prioritaria, que producen las nuevas variantes del nuevo coronavirus y por "conmoción social".
Añadió que también se ordena el estado de movilización, lo que permite que los recursos estatales puedan usarse sin tantos trámites burocráticos para atender la emergencia y que la policía pueda intervenir incluso en domicilios privados sin órdenes de los jueces.
Entre las provincias que deben cumplir la orden gubernamental están Pichincha, cuya capital es Quito; Guayas, cuya capital es Guayaquil, y Manabí, que son las más pobladas del país y donde se registra el más alto nivel de contagios de coronavirus y sus variantes, como la brasileña y la inglesa, entre otras, según las autoridades.
La disposición del gobierno se produce tras un llamado del Comité de Operaciones Especiales, que rige las políticas para enfrentar la pandemia y cuyo director Juan Zapata había advertido que "si no nos unimos todos, la situación puede ser una catástrofe, lo han dicho los médicos".
El estado de excepción dispone un confinamiento absoluto los fines de semana; un toque de queda durante la noche y madrugada de lunes a viernes, prohibición de reuniones de todo tipo, incluso familiares y la implementación del teletrabajo obligatorio para el sector público y privado.
El ministro de Salud, Camilo Salinas, aseguró que "tenemos un 99% de las camas de cuidados intensivos ocupadas, con una lista de espera de más de 200 personas que requieren ese servicio".
Como medidas adicionales, el gobierno dispuso que las pruebas para diagnóstico de COVID-19 tengan un precio máximo de 45.08 dólares, aunque en el mercado esas pruebas están desde 70 hasta más de 100 dólares.
Desde el inicio de la pandemia, a finales de febrero del año pasado, este país registra 362.843 contagiados y 17.804 fallecidos.