España asumió este lunes la conducción de una plataforma formada por varios países que busca ayudar a cerca de un millón de víctimas del desplazamiento forzado, motivado por la violencia y la pobreza en Centroamérica y México.
La ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González, por medio de una conferencia virtual declaró que el objetivo de la gestión de su país durante un año será "buscar soluciones" al problema del desplazamiento forzado.
En ese sentido, España se comprometió a ofrecer "protección" a quienes sufren el desplazamiento y a "movilizar" recursos con el apoyo del sector público y privado, nacionales o internacionales.
Hasta junio del año en curso, según González, el 10% de las 118.000 solicitudes de asilo que España recibió eran de hondureños y nicaragüenses.
En 2017, como una aplicación pionera del Pacto Mundial sobre los Refugiados, se creó la iniciativa Marco Integral Regional Para la Protección de Soluciones (MIRPS) que incluye a Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y México.
La plataforma de ayuda está compuesta por Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Francia, Italia, España, Suecia, Suiza, Estados Unidos y la Unión Europea.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Los Refugiados (Acnur), y la Organización de Estados Americanos (OEA), integran la secretaría técnica del MIRPS.
La situación de los desplazados centroamericanos, según la canciller de El Salvador, Alexandra Hill, se complica por el impacto de la pandemia de COVID-19.
"Esta crisis sistémica de índole sanitaria, social y económica, posiciona a nuestra población desplazada en una situación aún más vulnerable", lamentó Hill, presidenta pro tempore del MIRPS.
Según cifras de Acnur, al cierre de 2019 alrededor de 890.000 centroamericanos y mexicanos habían buscado protección ante la violencia y persecución, incluyendo 318.000 desplazados internos en Honduras y El Salvador.
Del total, 570.000 personas son solicitantes de asilo.
Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, comentó que los centroamericanos "no tienen otra salida" que dejar sus hogares cruzando fronteras y arriesgando su vida "en la búsqueda de nuevos horizontes".
Una vez se levanten las restricciones por la pandemia de la COVID-19, según Almagro, se advierte que se podría generar una "nueva ola masiva de desplazamiento en Centroamérica" por la compleja situación económica que afrontan los países.