“En Mikolaiv, tengo a mi mamá, mi papá, mi hermano, mi abuela, así que esa es mi familia (…) Me rompe el corazón leer las noticias y darme cuenta de que esto es cierto. Todos los días me despierto y quiero escuchar que todo esto fue una pesadilla, pero desafortunadamente me doy cuenta de que esta es nuestra realidad”.
Esta ucraniana de 37 años dejó su país con sus dos hijos menores. Durante los días que pasó en Tijuana, México, antes de ingresar a Estados Unidos, se unió como voluntaria a apoyar a sus compatriotas. Vea su testimonio.