Las muertes de las mujeres durante el embarazo o en el parto van en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud, entre 2016 y 2020 se ha visto un aumento del 17 por ciento en Estados Unidos, donde 700 mujeres mueren cada año por complicaciones del embarazo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y son grupos vulnerables como las mujeres hispanas, quienes están más propensas a perder la vida.
“Seguimos teniendo en este país el problema de barreras de idioma, muchísimos lugares no ofrecen interpretación o traducción de sus servicios, entonces llega una persona que no habla inglés y no va a recibir la misma calidad de servicios de salud que una persona que sí habla inglés, no hablemos de comunidades indocumentadas que, por supuesto, no van a contar con un servicio de salud ni privado ni público”, dice Alejandra Soto, Directora de Comunicaciones de Planned Parenthood.
Las decisiones recientes sobre el acceso al aborto, educación sexual y anticonceptivos son un agravante y las cifras actuales podrían aumentar a consecuencia. Estados Unidos muestra uno de los perores desempeños en cuidados prenatales, según Planned Parenthood.
“Muchísimas veces el cuerpo no saca todo el producto y un médico tiene que intervenir para acabar ese aborto espontáneo, incluso en esos casos hay doctores que dicen no sé si puedo intervenir o no porque en mi estado el aborto está prohibido y esta paciente va a tener que llegar a una situación de riesgo de vida para que yo pueda intervenir, todo eso obviamente siempre va afectar más las latinas, mujeres negras, personas con bajo ingreso”, continúa Soto.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades lanzaron la campaña Hear Her Concerns, Escucha sus preocupaciones, para identificar señales de alerta que pueden salvar vidas en un intento por prevenir las muertes de embarazadas.