Australia ha enviado 50 policías a Londres en anticipación a su posible despliegue en el este de Ucrania, para asegurar el sitio donde cayó el avión malasio, como parte de un propuesto equipo internacional.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, dijo que los ministros de Exteriores de Australia y Holanda viajarán a Kiev para afinar los detalles del despliegue de ese equipo, bajo la autoridad de Naciones Unidas.
Mientras tanto, otros dos aviones están supuestos a despegar desde Ucrania hacia Holanda, llevando docenas de cadáveres adicionales de las víctimas del vuelo MH17 derribado la semana pasada.
Decenas de miles de dolientes en Holanda participaron en funerales y ceremonias con el arribo de los primeros cuerpos. Ciento noventa y tres de los pasajeros a bordo del avión eran holandeses.
El jueves por la mañana, Rusia dijo que Estados Unidos debe probar que el avión fue derribado por un misil SA-11 superficie-aire de los separatistas prorrusos. El viceministro de Defensa, Anatoly Antonov, pidió presentar pruebas de que se tiene información técnica y fotos de satélite para respaldar la acusación.
Analistas de inteligencia estadounidenses han concluido que un misil Buk SA-11 de fabricación rusa derribó el avión y que rebeldes mal entrenados por Rusia habrían sido quienes dispararon el cohete pensando que la aeronave era un avión ucraniano.