El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ordenó el martes que las banderas del Capitolio sean izadas a toda asta el día de la ceremonia de investidura presidencial, pausando una orden de 30 días para mantenerlas a media asta tras el fallecimiento del expresidente Jimmy Carter.
La decisión del líder republicano significa que el presidente electo Donald Trump no prestará juramento para su segundo mandato bajo una bandera a media asta, una posibilidad de la que se había quejado anteriormente.
Esta acción refleja las medidas tomadas recientemente por algunos gobernadores republicanos que han anunciado que las banderas en sus estados serán izadas a toda asta el día de la ceremonia de investidura de Trump.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, lo hizo el martes, señalando en una publicación en redes sociales que las banderas estadounidenses del estado serían puestas a media asta nuevamente el 21 de enero en honor a Carter. El gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió un aviso similar el lunes.
El período de 30 días para colocar las banderas a media asta, que inició con la orden del presidente Joe Biden, incluye las banderas en los edificios del gobierno federal y sus terrenos, así como en las embajadas de Estados Unidos y otros sitios en el extranjero, incluidas instalaciones y buques militares.
Este período se extiende hasta el 28 de enero, lo que abarca la toma de posesión de Trump y su primera semana en el cargo. De acuerdo con la orden de Biden, los gobernadores de todo el país emitieron sus propias órdenes para regular el izado de las banderas en sus respectivos estados.
El presidente entrante expresó su consternación porque las banderas aún estarían a media asta cuando preste juramento, y es posible que ordene la reversión total de la decisión de Biden una vez que esté instalado como presidente el 20 de enero.
“Todos los demócratas están ‘eufóricos’” por la idea de que las banderas estarán a media asta el día de la investidura, escribió Trump el 3 de enero en redes sociales.
“Nadie quiere ver esto”, escribió Trump. Añadió que “ningún estadounidense puede estar feliz al respecto. Veamos cómo se desarrolla. ¡DEVOLVAMOS LA GRANDEZA A ESTADOS UNIDOS!”.
Trump ya ha tomado medidas con respecto a las banderas que puede controlar: las de su casa de Florida. En los días posteriores al sepelio de Carter, se observó una gran bandera de Estados Unidos en el club privado de Trump, Mar-a-Lago, ondeando a toda asta, a pesar de la orden del gobernador de Florida, Ron DeSantis, que refleja la de Biden.
Hasta el martes, DeSantis no había modificado la orden sobre la bandera en su propio estado.
El código de la bandera establece parámetros para colocar la bandera a media asta, entre ellos, un período de 30 días para presidentes actuales o anteriores para cubrir las banderas en los edificios del gobierno federal y sus terrenos, así como en las embajadas de Estados Unidos y otros sitios en el extranjero, incluidas instalaciones y buques militares.
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