Ellas fueron seleccionadas entre 800 candidatas para recibir una beca especial de agricultura destinada a las mujeres africanas. Entre las ganadoras de este año hay desde una patóloga de plantas a una criadora de bagres y una especialista en soja.
Todas esperan beneficiarse de un programa de dos años patrocinado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la fundación de Bill y Melinda Gates.
Sesenta mujeres que provienen de una variedad de ramas de las ciencias agrícolas se encuentran entre las ganadoras para este año de la beca AWARD (“Premio”), otorgada a las mujeres africanas que se dedican a la investigación y al desarrollo agrario.
“Todas nuestras becarias trabajan en la investigación a favor de los pobres: desde el cambio climático a los vegetales indígenas, al cultivo de plantas para procesar después de la cosecha. Y comparten una pasión: cambiar la faz de la agricultura en África”, dijo Vicki Wilde, directora ejecutiva de AWARD.
Wilde dijo que la beca de dos años ayuda a las principales científicas africanas a fortalecer su capacidad de investigación y liderazgo para aliviar la pobreza en todo el continente. Desde 2008, 180 mujeres han sido elegidas entre 1.500 candidatas.
Ruth Amata, una de las principales investigadoras del Instituto de Investigación Agrícola de Kenia (KARI, por sus siglas en inglés), es una de las ganadoras de este año. “Yo soy patóloga de plantas. Estoy trabajando en las enfermedades que afectan a la fruta de la pasión, la yuca, la batata, el tomate y el mijo”, dijo.
Amata dijo que su objetivo es mejorar la seguridad alimentaria de Kenia, a pesar de las duras condiciones climáticas que enfrenta a menudo.
“Dos tercios de Kenia es semi-árido. Esto significa que no se puede cultivar cualquier cosa y en cualquier lugar. Estoy trabajando en cultivos como la yuca y la batata. Son cultivos que pueden tolerar condiciones climáticas desfavorables. Y lograr desarrollar variedades que toleren los virus contribuiría a un mayor rendimiento”, dijo.
Amata dijo que ella también espera aprender de otras científicas africanas. Mabel Mahasi, una especialista en soja, fue becaria en 2008.
“Lo que AWARD ha hecho es formarme y capacitarme para salir adelante y hacer muchas tutorías, especialmente a las chicas jóvenes que quieren entrar al campo de la ciencia. También intento decirle a las chicas que no eviten tomar los cursos de agricultura, porque el destino de este país depende de la agricultura, que contribuye a cerca del 26 por ciento de nuestro PIB”, dijo.
Mahasi dijo que sus primeros mentores fueron sus padres. “Me interés porque cada vez que papa viajaba, traía una planta. Por ejemplo, tenemos un plátano que aún vive en nuestra granja que tiene una larga vida, y provino de Uganda. También tenemos ñame que son del este de Kenia”, dijo.
Maryam Imbumi, nutricionista de Sudáfrica, fue una becaria en 2009. Su enfoque es la desnutrición entre los niños menores de cinco años y las mujeres que amamantan. “La desnutrición proteico energética es uno de los mayores problemas en el oeste de Kenia. Eso va junto con las deficiencias de hierro. Las deficiencias de vitamina A también son un gran problema”, dijo.
Imbumi dijo que es importante adoptar un enfoque distinto para resolver los problemas. “Voy a utilizar todas las vías. Usaré otros alimentos tradicionales y hortalizas, que crecen con facilidad. Los agricultores pueden cultivarlas en sus cocinas. No es necesario agregarles productos químicos y ellos saben cómo cocinarlas, así que es fácil motivarlos a crecer”, añadió.
La directora ejecutiva de AWARD, Vicki Wilde, dijo que el programa de becas tiene un impacto visible a corto plazo. “Ya estamos viendo que mejoraron sus habilidades científicas: desarrollan desde briquetas de combustible hechas con residuos en los barrios pobres, a la cría de aves de corral que puedan combatir la gripe aviar. Estas innovaciones son pertinentes para África y para el mundo”, dijo.
Las mujeres tienen un rol importante en la agricultura africana. La firma de investigación Kenia ASTI dijo que las mujeres constituyen entre el 60 al 80 por ciento de la fuerza de trabajo en la agricultura africana.
Las 180 mujeres que recibieron las becas provienen de 10 países africanos.