El presidente Joe Biden anunció este viernes que bloqueó la adquisición por 14.900 millones de dólares, tras meses de oponerse públicamente a que la japonesa Nippon Steel adquiriera a la empresa estadounidense U.S. Steel, uno de los productores más grandes del país.

En un comunicado, Biden dijo que la adquisición pondría en riesgo la seguridad nacional y la cadena de suministro estadounidense. La Casa Blanca brindó más detalles:

Karine Jean-Pierre, su vocera, dijo:

"El Presidente cree que necesitamos que las grandes empresas estadounidenses representen una parte importante de la capacidad de producción de acero de Estados Unidos y que sigan liderando esa lucha en nombre del interés nacional de Estados Unidos. Y por eso el Presidente tomó esta decisión".

El fracaso de la adquisición representa una victoria para los trabajadores de la empresa con sede en Pittsburgh, Pensilvania. Su poderoso sindicato respaldó a Biden en las pasadas elecciones presidenciales.

Matthew Goodman, analista del think tank Consejo de Relaciones Exteriores:

“Esta fue claramente una decisión política que el presidente Biden había estado sopesando durante mucho tiempo. Está decidido a demostrar que va a proteger a los trabajadores estadounidenses, y particularmente en el sector del acero”.

Según Goodman, el sector del acero está sujeto a prácticas comerciales desleales, pero es difícil entender realmente cuál pueda ser la lógica de seguridad nacional.

Biden hizo el anuncio en sus últimos días en el cargo a pesar de que algunos analistas y asesores advirtieron que su rechazo al acuerdo podría dañar las relaciones con Japón, un aliado clave de Estados Unidos y socio comercial.

John Ferrari, analista del think tank American Enterprise Institute dijo a la VOA:

“Necesitamos aliados, especialmente en una potencial guerra contra China. Japón es un aliado incondicional en el Pacífico. Tienen destreza en la construcción de barcos y en la manufactura, y por eso los necesitamos. Permitirles invertir en Estados Unidos nos haría más fuertes”.

El presidente electo Donald Trump, que asumirá el poder el 20 de enero, también se opone a la adquisición. En una publicación en las redes sociales en noviembre, prometió bloquear el acuerdo y utilizar incentivos fiscales y aranceles para hacer crecer a U.S. Steel.

Nippon Steel ha prometido emprender acciones legales, alegando que el gobierno de Estados Unidos no siguió los procedimientos adecuados al considerar la adquisición.

La Casa Blanca aseguró que sigue teniendo una relación fuerte con Japón. Sin embargo, este uso extraordinario del poder ejecutivo presidencial representa un alejamiento de la cultura de inversión abierta de Estados Unidos y podría tener amplias implicaciones para la economía estadounidense frente a los inversores extranjeros.