El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó el domingo a Corea del Sur en la primera escala de una breve gira por Asia que también incluye Filipinas, mientras Washington intenta reforzar los lazos con dos aliados regionales clave.
Blinken aterrizó el domingo por la tarde antes de la tercera Cumbre para la Democracia del lunes, una iniciativa del presidente estadounidense Joe Biden, que Seúl acoge esta semana.
Antes de llegar a Seúl, Blinken hizo una breve parada en Bahréin, donde habló con el rey Hamad bin Isa Al-Khalifa sobre los esfuerzos para lograr un alto el fuego en Gaza.
La cumbre, que se celebrará del 18 al 20 de marzo, reunirá a funcionarios gubernamentales, ONG y miembros de la sociedad civil.
Seúl es uno de los aliados regionales clave de Washington, y Estados Unidos ha estacionado alrededor de 27.000 soldados estadounidenses en el Sur para ayudar a protegerlo contra el Norte, que posee armas nucleares.
El presidente conservador de Seúl, Yoon Suk Yeol, ha impulsado los vínculos con Washington y ha tratado de enterrar el hacha histórica con la antigua potencia colonial Japón para protegerse mejor contra las amenazas de Pyongyang.
Blinken se reunirá con el Ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Cho Tae-yul, dijo el ministerio, para discutir cómo impulsar la alianza, mientras Washington y Seúl exploran cómo mejorar su llamada "disuasión extendida" contra Corea del Norte.
La cumbre sobre la democracia ha suscitado algunas críticas debido a su selectiva lista de invitados, que excluye a países que se consideran democráticos, como Tailandia y Turquía.
Después de Seúl, Blinken se dirige a Manila, un viaje que reafirmará "nuestro compromiso inquebrantable con el aliado filipino", según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Hablará con funcionarios locales, incluido el presidente Ferdinand Marcos Jr.; es probable que las cuestiones con China, incluidas las disputas sobre el Mar Meridional de China, encabecen la agenda.
Estados Unidos está redoblando esfuerzos para mejorar los vínculos de larga data con aliados regionales como Manila, en un esfuerzo por contrarrestar a China.
Beijing acusó recientemente a Washington de utilizar a Filipinas como un "peón" en la disputa sobre el Mar de China Meridional, después de una serie de enfrentamientos en torno a islotes encarnizadamente disputados en esas aguas.
China reclama casi toda la vía fluvial, haciendo caso omiso de reclamos en competencia de una serie de naciones del sudeste asiático y un fallo internacional que ha declarado que su postura es infundada.
El Mar de China Meridional es estratégicamente vital para varios países, incluida China, ya que proporciona una ruta clave para la importación y exportación de combustibles, alimentos y otros bienes esenciales.
China ha aumentado rápidamente sus fuerzas navales en los últimos años y se ha apoderado de vastas extensiones de territorio marítimo, con la esperanza de proyectar su poder militar y político mucho más allá de las costas del país.
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