En vivo Beyoncé hará campaña junto a Kamala Harris en Houston

La incipiente historia de amor protagonizada por la superestrella de la música Taylor Swift y el tight end de los Chiefs de Kansas City, Travis Kelce, dio un giro inesperado al caer en el mundo de las teorías de la conspiración política esta semana después de que el equipo avanzara al Super Bowl.

Surgieron innumerables rumores infundados en las redes sociales, desde afirmaciones de que Swift ha desempeñado un papel en las operaciones psicológicas del Pentágono hasta la idea de que ella y su novio, dos veces campeón del Super Bowl, son activos clave en un complot secreto para ayudar al presidente Joe Biden a ser reelegido en 2024. Otra variante: que el éxito de los Chiefs fue pactado como parte de un plan para el partido de campeonato del 11 de febrero en Las Vegas.

Figuras políticas y mediáticas de derecha, como el excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy, la activista política Laura Loomer y la presentadora Alison Steinberg de One America News Network, han amplificado las acusaciones.

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El expresidente Donald Trump se reunirá el miércoles con el sindicato Teamsters en Washington, en un intento por robarle al presidente Joe Biden algo del apoyo que goza entre los trabajadores organizados.

Trump participará en una mesa redonda con la junta ejecutiva, el presidente y miembros agremiados de la organización, en su intento por atraer a miembros de la clase obrera que impulsaron su victoria electoral en 2016 y que podrían tener un rol importante en las elecciones de noviembre, especialmente en estados del centro-occidente como Wisconsin y Michigan.

Los trabajadores sindicalizados tienden a votar por los demócratas, con un 56% respaldando a Biden en las elecciones de 2020, según AP VoteCast. Y Biden ya cuenta con un significativo respaldo sindical de parte de organizaciones como la AFL-CIO y otras. Pero Trump aspira a despojar a Biden de algo de ese apoyo, tratando de presentarse como defensor de la clase obrera y de exacerbar tensiones entre los líderes sindicales y los trabajadores agremiados.

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Dos de los aviones más reconocibles de Estados Unidos compartieron el mismo aeropuerto el martes en Florida, cuando el presidente estadounidense Joe Biden llegó a dicho estado a recaudar fondos para su campaña de reelección. Cerca del avión presidencial se vio el jet privado en el que viaja Donald Trump, el favorito para obtener la candidatura presidencial republicana.

Esto fue un recordatorio de que Biden estaba en el territorio de Trump para recolectar fondos para una posible revancha entre ambos hombres. La residencia del expresidente en Mar-a-Lago está cerca del aeropuerto y a menos de una hora del Pelican Club en Jupiter, el acaudalado enclave donde Biden llevó a cabo su primer evento de recaudación de fondos del día.

“Ustedes son la razón por la que Donald Trump es el presidente derrotado”, dijo Biden a los donantes. “Y ustedes son la razón por la que vamos a hacer que pierda otra vez”.

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La campaña para las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos ya ha comenzado y la prensa tendrá un papel muy destacado, en tanto que serán los periodistas los encargados de informar acerca de los actos de los candidatos que aspiran a la Casa Blanca, así como de verificar los datos que se presenten y dar contexto en un escenario marcado por la falta de confianza y credibilidad que ha habido en los últimos años en torno al papel de la prensa.

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) dijo confiar en que los medios de comunicación “cumplan un papel fundamental” a la hora de “exponer las propuestas de cada candidato y promover el debate cívico”.

Falta que ambos partidos oficialicen a sus candidatos, pero todo apunta a que el presidente Joe Biden se presentará a la reelección, tal como él mismo ha reconocido en varias ocasiones; mientras que en el lado republicano es el exmandatario Donald Trump quien está encabezando las encuestas y los resultados de las primarias que se han realizado hasta el momento le han dado un apoyo mayoritario.

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Dos días después de que un hombre hizo una falsa llamada de emergencia a la casa en Carolina del Sur de la candidata presidencial republicana Nikki Haley, fue objeto de un segundo intento de "swatting" el día de Año Nuevo, esta vez por alguien que dijo que ella le disparado a su hija, según un informe del incidente visto por Reuters.

Un ayudante del alguacil del condado de Charleston acudió el 1 de enero a la casa de Haley después de que una persona que se identificó como "Rose" llamó al 911 para decir que la hija de Haley estaba tendida en un charco de sangre y que Haley amenazaba con pegarse un tiro, según un informe de la oficina del alguacil.

La persona que llamó afirmó estar hablando por teléfono con la política.

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