El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, celebró este miércoles el apoyo dado por Estados Unidos a la candidatura de Brasil para entrar a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), un respaldo que para su gobierno implica además adelantar a su vecino y rival Argentina.
La entrada de Brasil a este club de países ricos y prácticas promercado, solicitada en mayo de 2017, es vista como un sello de aprobación para aumentar la inversión y certificar el entorno para los negocios.
“La noticia [del apoyo estadounidense] fue muy bienvenida”, dijo Bolsonaro, que desde que llegó al poder hace un año busca estrechar vínculos con el presidente Donald Trump, de quien se declara un aliado ideológico.
Un portavoz de la diplomacia de Estados Unidos confirmó a la AFP que Estados Unidos “quiere que Brasil sea el próximo país en el proceso de adhesión”.
“Hay más de cien requisitos para ser admitido en la OCDE. Estamos muy adelantados, incluso por delante de Argentina. Y las ventajas para Brasil son muchas. Equivale a entrar en la primera división”, agregó Bolsonaro en declaraciones a periodistas al salir de su residencia oficial en Brasilia.
La OCDE, con sede en París, está formada por 36 países con economías promercado, en su gran mayoría del mundo industrializado. En América Latina, sólo Chile y México forman parte de ese grupo.
“La adhesión de Brasil a la OCDE abriría la puerta a un aumento del comercio y de la inversión y enviaría un mensaje positivo de que Brasil está dispuesto y es capaz de implementar las reformas necesarias para allanar el cambio para su creciente apertura económica”, explicó a la AFP Roberga Braga, directora asociada del Centro para Latinoamérica del Atlantic Council.
La experta indicó que hasta octubre del año pasado, Brasil había cumplido con 80 puntos de los más de 253 instrumentos que forman parte del “acervo de la OCDE”.
Demostrar que “Brasil es un país viable”
Bolsonaro señaló sin embargo que no hay fecha prevista para que la principal economía latinoamericana formalice su ingreso.
“No puedo hablar de plazos. No depende de Trump. Depende también de otros países. Estamos venciendo la resistencia y demostrando que Brasil es un país viable”, señaló.
“El anuncio estadounidense de dar prioridad a Brasil para el ingreso a la OCDE demuestra una vez más que estamos construyendo una colaboración sólida con Estados Unidos, capaz de generar resultados a corto, medio y largo plazo”, tuiteó el ministro brasileño de Relaciones Exteriores.
Bolsonaro llegó al poder apoyado por grupos ultraconservadores y por partidarios de una estricta ortodoxia fiscal, con ajustes y privatizaciones.
En Argentina, por su lado, llegó este año al poder el peronista de centroizquierda Alberto Fernández, en fórmula con la expresidenta Cristina Kirchner, tras derrotar al mandatario saliente, el liberal Mauricio Macri.
En octubre pasado se filtró la información de que Estados Unidos formalizó su respaldo a la candidatura de Argentina y de Rumania, sin incluir a Brasil.
Entonces, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, negó que la Casa Blanca le quitara el apoyo a Brasil.
Pero los reportes tuvieron gran repercusión en el gigante latinoamericano y reavivaron los argumentos de que Bolsonaro hizo demasiadas concesiones al gobierno estadounidense.
Bolsonaro visitó a Trump en marzo de 2019, en el que fue su primer viaje oficial al exterior tras asumir el poder.