El ex gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, dijo el viernes que no le interesa ser jefe de despacho de la Casa Blanca, eliminando uno de los candidatos que consideraba el presidente Donald Trump, cuya búsqueda de una mano derecha tiene todo el aire de un reality show.
Christie argumentó razones familiares en un comunicado en el que indicó que le había pedido a Trump que lo sacase de una lista de posibles candidatos. Se había reunido con Trump el jueves para analizar el tema, según una persona al tanto del encuentro que no estaba autorizada a hablar del asunto en público.
El retiro de Christie de la contienda le añade otro giro a una búsqueda desatada por la negativa del candidato preferido de Trump a ocupar la plaza actualmente en manos de John Kelly. Ahora no hay favoritos a la vista y abunda el drama, como le gusta a Trump.
El periodista británico Piers Morgan sostuvo que encajaría bien en ese puesto en un artículo que publicó en The Daily Mail, en tanto que el ex grandes ligas José Canseco expresó también su interés en un tuit. Se especula acerca de varios allegados a Trump, algunos de los cuales ya aclararon que no les interesa el puesto.
Cuando el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich visitó la Casa Blanca esta semana, aclaró que su único interés era ver las decoraciones navideñas.
El alocado proceso no es ninguna novedad para el gobierno de Trump, que ha visto partir a mucha gente y ha tenido problemas para atraer personal capacitado, pero pone de manifiesto el tumulto que rodea la gestión de Trump.
El de jefe del despacho presidencial ha sido tradicionalmente un cargo muy cotizado, que se llena después de un cuidadoso proceso. Ahora, muchos lo ven como algo muy arriesgado, dada la tendencia de Trump al desorden y su reticencia a aceptar que le manejen sus cosas.
Trump aseguró el jueves que las cosas marchan a buen paso.
"Estamos entrevistando gente", manifestó. Agregó que quedan cinco candidatos. "Todos buenos. Gente fenomenal. La mayoría muy conocida, todos grandes personas".
A Trump le encanta generar incertidumbre, tira insinuaciones acerca de cuántos candidatos hay y charla con periodistas acerca de quiénes quieren el puesto. La desordenada búsqueda recuerda el período de transición previo a la asunción de Trump, en el que posibles candidatos y personalidades de la televisión desfilaban ante los periodistas por el lobby de la Trump Tower para hablar con el presidente electo y promover sus candidaturas.
El escritor Chris Whipple, experto en el tema, dice que "es triste ver" el proceso de búsqueda.
"En sus dos primeros años, Trump devaluó el cargo al no darle a nadie la autoridad para desempeñar sus funciones y ahora transformó la búsqueda de un remplazo en un reality show", expresó Whipple, autor de "The Gatekeepers", un libro sobre este tema.
"Lo único más resquebrajado y disfuncional que la Casa Blanca parece ser la búsqueda de un nuevo jefe de despacho".
La búsqueda volvió a fojas cero el fin de semana pasado cuando Nick Ayers, el jefe del despacho del vicepresidente Mike Pence, pidió no ser tomado en cuenta y anunció que se iba de la Casa Blanca. El anuncio sorprendió a todo el mundo ya que se pensaba que Ayers era el reemplazante seguro de Kelly.
Trump se enfocó entonces en una lista de candidatos que se cree incluye al director del presupuesto Dick Mulvaney y el representante Mark Meadows.
También están el representante comercial del gobierno Robert Lighthizer y el secretario del tesoro Steven Mnuchin.
El miércoles Meadows se retiró de la contienda.
Durante la semana circularon los nombres de gente como el ex subdirector de la campaña de Trump David Bossie, el secretario de justicia interino Matthew Whitaker, el director de comunicaciones de la Casa Blanca Bill Shine y la secretaria de prensa Sara Huckabee Sanders. No está claro si alguna de estas opciones estaba siendo considerada seriamente.
Abundaron las especulaciones durante la semana y el ex senador Rick Santorum dijo a CNN que rechazaría el cargo si le fuese ofrecido, aunque no se sabe si fue considerado.
Sanders alimentó las especulaciones el jueves al decir que el yerno de Trump, Jared Kushner, "se desempeñaría muy bien en ese puesto" si es elegido.
Trump dijo el jueves a la cadena Fox que sigue escuchando recomendaciones.
"Quiero alguien fuerte, que piense como yo. Es mi visión. En última instancia, es mi visión" la que cuenta, declaró. "Al mismo tiempo, estoy abierto a otras ideas".