El director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Thomas Frieden, dijo el lunes que hay que “repensar” la forma en que se atiende la emergencia del ébola.
Frieden no dijo qué tanto deben cambiar los procedimientos de seguridad que se han establecido en muchos hospitales, o en qué forma los centros de atención deben aumentar el entrenamiento para doctores y enfermeras.
Pero los analistas añaden que también se debe pensar en cuántos y cuáles hospitales están realmente capacitados para atender a las víctimas infectadas.
Las autoridades estadounidenses han asegurado que la mayoría de hospitales del país pueden atender pacientes con ébola, pero aún el Hospital de la Universidad de Emory en Atlanta, que se preparó durante años para una crisis así, ha comprobado que una cosa es decirlo y otra hacerlo.
El hospital, que trató a tres pacientes con ébola, se topó con que la compañía que se encarga de incinerar los deshechos médicos se negó a llevarlos a menos que estuvieran esterilizados, el condado donde está el centro médico amenazó con desconectar las líneas de aguas negras si éstas se usaban para deshacerse de los fluidos, y hasta el correo que lleva las muestras de sangre a los laboratorios de los CDC se negó a hacerlo.
Es comprensible. Los pacientes de ébola pierden enormes cantidades de fluidos por la diarrea y los vómitos, unos 10 cuartos de líquidos, en las etapas más graves.
En su punto máximo, un paciente del ébola puede tener 10.000 millones de partículas virales en la quinta parte de una cucharadita de sangre. Ni el VIH o la hepatitis C son tan peligrosos en ese sentido.
El alto riesgo de infección significa que los trabajadores de la salud necesitan un largo entrenamiento en el manejo del equipo protector sin infectarse.
Por eso la idea que se flota en el ambiente: que lo mejor sería concentrar a los enfermos en unos cuantos hospitales alrededor del país que tengan personal y unidades de aislamiento especializadas, aunque por supuesto, habrá que buscar una forma de transportarlos hasta esos lugares.
