Con un contundente mensaje, el Consejo de Presidencia del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) exhortó a los gobiernos y ciudadanos de la región a sumar esfuerzos “en favor de la salud y la vida de las personas”, puesto que “nadie debe ser olvidado”.
SEDAC dio a conocer su posición por medio de un comunicado de prensa e hizo un reconocimiento especial a aquellos que están en primera línea para defender la vida y la salud de las personas que padecen el COVID-19: médicos, enfermeras y todo el personal sanitario.
Hicieron un llamado a evitar cualquier estigmatización o menosprecio a los trabajadores de salud que atiende la pandemia del COVID-19 y pidieron cumplir con máxima responsabilidad las medidas de seguridad sanitaria, para proteger la vida de cada uno.
El consejo representado por Monseñor José Luis Escobar Alas y por el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, ambos de El Salvador, también expresaron su empatía a las familias afectadas a causa de las lluvias que causaron estragos en Honduras, Guatemala y El Salvador.
“Ante esta dolorosa realidad, la Iglesia que peregrina en los seis países del istmo centroamericano, quiere ofrecer una palabra que ilumine la fe y fortalezca la esperanza”, puntualizó Monseñor José Luis Escobar Alas.
Por último, expresaron su adhesión a la invitación que hizo el Papa Francisco y que cita que “es prioritaria la construcción de un nuevo modelo de desarrollo basado en la dignidad de la persona y el cuidado del medio ambiente”.
Las declaraciones de los religiosos se dan en el momento en que muchos sectores de la población en Centroamérica y organismos internacionales, después de casi tres meses de cuarentena, han comenzado a denunciar lo que catalogan como anomalías y medidas demasiado represivas por parte de los gobiernos para controlar la pandemia.
En el caso de Nicaragua la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) ha hecho públicas denuncias de que el gobierno de Daniel Ortega está poniendo una serie de trabas a los ciudadanos que intentan regresar al país. Así como la falta de atención y atropellos a los derechos de los nicaragüenses.
Mientras que en Honduras los médicos están enfrentados con el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández y han amenazado con cerrar los hospitales ante un posible colapso del sistema de salud y exigen a la administración acciones concretas como el cierre de ciertas actividades económicas para bajar la curva de contagios.
Por su parte, en El Salvador, el parlamento y el ejecutivo no se ponen de acuerdo para la aprobación de medidas que permitan frenar los contagios.