La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que Nicaragua tiene un problema de malaria en Puerto Cabeza, en el Caribe Norte, una enfermedad que complica la situación frente a la pandemia de COVID-19 en el país.
Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud, expresó su preocupación ante los casos de malaria y el avance de COVID-19.
“Nicaragua tiene un problema severo en malaria, en Puerto Cabeza, que es un problema viejo y que se exacerba con esta pandemia. Parece importante que Nicaragua tome nota de que podemos eliminar la malaria en Centroamérica y en Puerto Cabeza, entonces que no solo depende del coronavirus”, dijo el representante del organismo regional.
La malaria es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten a los humanos a través de la picadura de mosquitos anófeles infectados. Se trata de una enfermedad prevenible y curable, dice la OMS.
Durante el año 2017, la malaria fue la pandemia que caló más profundo en Nicaragua y fue la población indígena y afrodescendiente la que llevó la peor parte con esta enfermedad. Según los mapas de padecimiento del Ministerio de Salud, se encuentra entre las cinco epidemias que más impactan a la población nicaragüense, particularmente en el Caribe Norte.
Sin embargo, no es la única. Entre las epidemias que también afectan a la población está el dengue, que registró en 2019 uno de sus brotes más agresivos y llevó a las autoridades a activar la alerta epidemiológica por el aumento de los casos.
La epidemióloga Solia Catro explicó que estas enfermedades endémicas predominan todo el año en Nicaragua y la variación de los casos dependen de la precaución de la población.
La OPS insistió en la necesidad de fortalecer otros servicios de salud, debido a que en estos meses pueden subir los casos de enfermedades como el dengue, la leptospirosis y malaria, entre otras propias de la temporada de lluvias.
“Hay problemas en la saturación en los sistemas de vigilancia, en los laboratorios, la reducción del personal de salud que está disponible para otros servicios que no son coronavirus y el temor de la población en acudir a los servicios de salud debido a que tiene la percepción que van a contraer la enfermedad del COVID-19”, explicó Ciro Ugarte, director de emergencias en salud de la OPS.
Dijo además que existe la posibilidad de que se puedan confundir otras enfermedades con el coronavirus.
Sin embargo, el reporte epidemiológico presentado esta semana por la vicepresidenta Rosario Murillo muestra una disminución en los registros de casos de estas enfermedades.
“Tenemos también 24% menos casos de neumonía, 9 veces más de fallecidos, desafortunadamente, y tomando todas las medidas. Malaria, 756 casos, 7% menos que la semana anterior, y 69% menos de casos de leptospirosis, en relación con el año pasado”, especificó Murillo.
Las estadísticas más recientes presentadas por la Organización Mundial de la Salud indican que en Nicaragua existe una tendencia al incremento de personas con padecimiento de malaria. En 2015, el número estimado de casos fue de 4.600, frente a 1.400 casos en 2010.