Centroamericanos se reunieron la noche del viernes a un costado del muro que separa México y Estados Unidos para orar en memoria de los migrantes fallecidos en su intento por cruzar ilegalmente la frontera.
“Queremos decirle a Trump que solo vamos a trabajar. No queremos un mal para nuestras familias, queremos salir adelante”, expresó el hondureño Billy Noé Martínez.
Martínez llegó en una de las caravanas migrantes, pero las autoridades estadounidenses lo detuvieron argumentando que tenía una orden de arresto en su país.
“Por eso me devolvieron a Honduras pero sigo aquí luchando”, dijo antes de iniciar la vigilia en Playas de Tijuana, a un costado del muro fronterizo con San Diego, California.
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“Venimos aquí en solidaridad con no más muertes y también a exigir que se acaben los abusos y detenciones que se dan en la frontera sur”, afirmó Nelly Espinoza, una activista de Pueblos Sin Fronteras.
La activista dijo que, en las últimas semanas, personas que dan asesoría a los migrantes para lograr asilo en el vecino país “son detenidas, reprimidas por el gobierno de Estados Unidos y también de México”.
Migrantes de Guatemala y Honduras encendieron una veintena de veladoras en forma de cruz para después rezar un Padre Nuestro y callar por un minuto, en memoria de quienes han muerto en su intento por cruzar a Estados Unidos.
“Emigrar no es delito, tenemos derecho”, “no más muertes”, “somos migrantes, no delincuentes, buscamos un futuro mejor” y “no a la criminalización de la ayuda humanitaria”, se podía leer en pancartas que colocaron a un costado de las veladoras.
“Hay personas que apoyan a los migrantes y que han sido detenidas en Guatemala, interrogadas por Interpol en Honduras”, recriminó Alex Messing, activista de Pueblos Sin Fronteras.
El estadounidense mencionó que por ayudar a los migrantes ahora lo detienen cada vez que va a su país.
“Ya son más de 20 veces que me mandan a revisión secundaria solo por hacer una labor humanitaria”, dijo antes de que concluyera la vigilia, entrada la noche del viernes.