Chicago extenderá nuevamente su límite de 60 días de permanencia para los solicitantes de asilo en los albergues de la ciudad, anunció el alcalde Brandon Johnson, unos días antes de que venciera un plazo que habría obligado a desalojar a casi 2.000 migrantes.
Johnson dijo que la idea es darle más tiempo a la gente para reubicarse y encontrar empleo. El cambio en la medida añade entre 30 y 60 días para los aproximadamente 14.000 migrantes que se alojan actualmente en los 28 albergues de la ciudad, los cuales incluyen bodegas y edificios del distrito de parques.
Chicago había aplazado la aplicación de los desalojos en dos ocasiones anteriores debido al mal tiempo.
“Nuestro plan de albergue temporal de emergencia nunca tuvo el objetivo de ser una solución de vivienda a largo plazo, pero queremos darle a cada una de las personas y familias que han llegado a nuestra ciudad el tiempo suficiente para procesar sus permisos de trabajo, encontrar vivienda e iniciar una nueva vida en nuestra gran ciudad”, dijo Johnson en una conferencia de prensa el lunes en el ayuntamiento.
Chicago y otras urbes del país, incluidas Nueva York y Denver, han impuesto límites a la permanencia en albergues mientras pasan apuros para alojar y atender a una creciente población de migrantes que llegan en autobús y avión a sus ciudades. Los alcaldes también han solicitado más asistencia del gobierno federal.
Chicago ha tenido problemas para encontrar espacio y también se ha visto obligado a utilizar cuarteles de policía, aeropuertos y autobuses urbanos como soluciones a corto plazo.
Las extensiones estarán basadas en la fecha original de salida del sistema de cada migrante y serán de entre 30 y 60 días, indicaron funcionarios de la ciudad. Ahora los primeros avisos de desalojo llegarán a mediados de marzo.
Por ejemplo, casi 2.000 personas que tenían programada su salida el jueves recibirán ahora una permanencia adicional por 60 días. Funcionarios municipales señalaron que menos de la mitad han podido solicitar asistencia de alquiler para ayudarlos a vivir por su cuenta.
Cualquier migrante que recién ingrese a los albergues recibirá alojamiento estándar por 60 días. Habrá excepciones, incluidas las mujeres embarazadas o personas enfermas. Una vez que sean desalojados, los migrantes tendrían que presentar una nueva solicitud para permanecer en los refugios.
Más de 35.000 migrantes han sido enviados a Chicago desde 2022, gran parte de ellos por órdenes del gobernador de Texas, Greg Abbott. Unos 11.500 han sido reubicados a través de un programa estatal y unos 4.100 han salido del sistema de albergues después de ponerse en contacto con familiares o amigos.
Los límites de permanencia en los albergues de la ciudad han sido objeto de críticas. Las más recientes han provenido de un grupo de regidores, los cuales le enviaron una carta a Johnson la semana pasada en la que solicitan que elimine los límites debido a las preocupaciones por la salud y la seguridad de los migrantes recién llegados, particularmente durante el invierno. Las condiciones en algunos de los refugios también han acaparado reflectores, incluido el caso de un niño que murió en uno de los albergues en diciembre luego de sufrir una emergencia médica.
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