El presidente centroderechista Sebastián Piñera promulgó, el miércoles, una ley de identidad de género que permitirá a los transgéneros cambiar, mediante un simple trámite, su nombre y sexo en sus documentos en Chile, una iniciativa que debió sortear múltiples obstáculos en uno de los países más conservadores de Latinoamérica.
Con la promulgación Chile se sumó a otros países como Uruguay, Argentina, Colombia, Ecuador, Bolivia y México, que permiten el cambio sin exigir operaciones quirúrgicas o tratamientos hormonales.
"Estamos dando un paso en la dirección de no solamente ir saldando una deuda de una sociedad con demasiados prejuicios, con demasiada discriminación, que es poco humanitaria, que es poco respetuosa", destacó el mandatario chileno en el palacio de La Moneda, la sede de gobierno.
Chile lentamente ha ido dejando atrás parte de su conservadurismo, al que contribuía la Iglesia católica, que hoy está prácticamente sin voz por los graves problemas de abusos sexuales que vive en su interior; y la extrema lentitud de su congreso en temas valóricos. Por ejemplo, tardó 12 años desde que ingresó el primer proyecto de Identidad de género; ocho para sacar el divorcio y cuatro para el aborto en tres causales.
La ley de Identidad de Género salió adelante, pese a las numerosas trabas puestas por la derecha política, que incluyó una fracasada gestión en el Tribunal Constitucional. Paradójicamente, le tocó a un gobierno de centroderecha promulgar la ley que fue impulsada por la gestión de centroizquierda de la exmandataria Michelle Bachelet (2014-2018), que actualmente funge como la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Piñera señaló que la ley permitirá dejar atrás "experiencias dolorosas, discriminatorias", aunque reconoció que no es la solución definitiva "porque esto requiere un cambio cultural".
Con la norma, a los mayores de edad les bastará acudir al Registro Civil y solicitar su cambio de nombre y sexo en sus papeles de identidad y los transgéneros, entre 14 y 18 años, que cuenten con el permiso de sus padres podrán ir ante un juez de familia.
La nebulosa quedó para los menores de 14 años, que según la ley contarán con un acompañamiento del Estado mientras cumplan la edad para cambiar su nombre y sexo, aunque no está claro en qué consistirá el acompañamiento y cómo podrá facilitarles la vida.
Activistas y padres de transgéneros afirman que suele ser en la temprana niñez y pre-adolescencia cuando los menores de 14 años descubren que el sexo al que sienten pertenecer no corresponde a su cuerpo físico.
Angela, transgénero de 15 años, dijo el miércoles a The Associated Press que "es súper importante la ley, pero el problema está en que están haciendo diferencias entre las edades porque sacaron a los niños, y eso está súper mal porque igual hay niños que se quieren cambiar el nombre, porque al final todos tienen derechos".
Evelin Silva, de la Fundación Selena, que acoge a menores y adolescentes transgéneros, dijo a AP que "nos parece un triunfo a medias porque el 70% de la población nuestra, de la fundación, es menor de 14 años".
"Claramente se valora el hecho de que se haya firmado esta ley, se valora el tremendo paso y el piso que significa para conquistar otros derechos, pero igual hay una sensación de que la tarea no estuvo bien hecha... aún queda mucho, mucho por hacer", añadió Silva, madre de una niña transgénero de 9 años.
Ximena Maturana, madre de una adolescente transgénero, dijo: "Los mismos niños nos presentan esta situación de dividir la infancia, es injusto... al decir que los niños más pequeños no tienen derecho a la identidad".
Para que la ley entre en vigor debe ser publicada en la Gaceta Oficial y esperar a que se redacten los protocolos y el articulado pertinente, lo que puede tomar varios meses.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, que empuja esta normativa hace 12 años, calificó de "histórico" el acto de promulgación de la ley y se los dedicó a las 17 personas que han muerto desde 2002 a la fecha, según afirmó, producto de agresiones homofóbicas.
En una nota señaló que se trata de un "salto histórico que mejorará la calidad de vida de la población trans, pues todas/os las personas mayores de 14 años y solteras verán facilitado el trámite".
"Se reconoce un derecho tan básico como el de la identidad, un derecho que la mayoría tenemos al nacer, pero que a la población trans se lo quitan al nacer", aseveró su dirigente Rolando Jiménez.