Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) asegura tener indicios claros de que agentes del gobierno cubano tuvieron responsabilidad en las muertes de los disidentes cubanos Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante, ocurridas en una carretera de Cuba en julio de 2012.
"La CIDH identificó indicios serios y suficientes para concluir que agentes estatales participaron en las muertes de Payá y Cepero. En particular, tomó en cuenta el testimonio de Ángel Carromero", señala una nota de prensa de la entidad adscrita a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Oswaldo Payá era el líder del opositor Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y Harol Cepero dirigía la rama juvenil de la organización. Ambos murieron en un incidente de tráfico el 22 de julio de 2012 a las afueras de Bayamo (a unos 740 kilómetros de La Habana).
En el automóvil en que viajaban Payá y Cepero también iban el español Ángel Carromero y el sueco Aron Modig. Carromero conducía el auto y fue sancionado a cuatro años de cárcel por homicidio involuntario, y liberado poco después. Modig se negó a testificar en el juicio.
"El Estado no presentó alegatos o negó estos argumentos", dijo la CIDH en referencia a su informe de 28 páginas publicado este lunes.
En una reseña del informe, la CIDH señaló "la falta de pericia o valoración de declaraciones de las personas sobrevivientes y que las autoridades tomaron una posición oficial inmediata, sin antes haber realizado diligencia de investigación alguna".
La familia de Payá vive en el exilio en Miami desde junio de 2013. Su hija, Rosa María Payá, fundó el movimiento Cuba Decide, que pide un plebiscito en Cuba, y ha pedido en varias instancias internacionales una investigación independiente para esclarecer la muerte de los dos opositores.
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