La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó este jueves un proyecto de legislación que pone fin a la recopilación en gran escala en el país de registros telefónicos de estadounidenses.
El proyecto, que reforma la manera en que ha operado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), es la primera medida concreta del Congreso tras las revelaciones sobre espionaje hechas hace casi un año por el excontratista Edward Snowden.
La legislación, que se espera que sea aprobada también por el Senado, está en línea con el llamado hecho en enero por el presidente Barack Obama para terminar con tales prácticas de la NSA.
La iniciativa impide a la NSA obligar a las empresas telefónicas a que le entreguen íntegramente los datos sobre duración, horarios y números de llamadas hechas a través de sus redes en EE.UU.
Para conseguir esa información, tanto la NSA como el FBI tendrán que obtener previamente una orden judicial de la denominada Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera.
Grupos defensores de los derechos civiles e importantes compañías tecnológicas como Google, Apple y Microsoft sostienen que si bien la ley frena la recolección global de datos no impedirá que la NSA vigile potencialmente a millones de estadounidenses.
A pesar de las críticas, el representante Jim Sensenbrenner, coautor del proyecto de legislación, dijo que se trata del “fin de las leyes secretas. Si el gobierno viola el espíritu de la ley todos lo sabremos”.
El proyecto, que reforma la manera en que ha operado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), es la primera medida concreta del Congreso tras las revelaciones sobre espionaje hechas hace casi un año por el excontratista Edward Snowden.
La legislación, que se espera que sea aprobada también por el Senado, está en línea con el llamado hecho en enero por el presidente Barack Obama para terminar con tales prácticas de la NSA.
La iniciativa impide a la NSA obligar a las empresas telefónicas a que le entreguen íntegramente los datos sobre duración, horarios y números de llamadas hechas a través de sus redes en EE.UU.
Para conseguir esa información, tanto la NSA como el FBI tendrán que obtener previamente una orden judicial de la denominada Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera.
Grupos defensores de los derechos civiles e importantes compañías tecnológicas como Google, Apple y Microsoft sostienen que si bien la ley frena la recolección global de datos no impedirá que la NSA vigile potencialmente a millones de estadounidenses.
A pesar de las críticas, el representante Jim Sensenbrenner, coautor del proyecto de legislación, dijo que se trata del “fin de las leyes secretas. Si el gobierno viola el espíritu de la ley todos lo sabremos”.