El Consejo Constitucional chileno inició el viernes la votación de los primeros artículos de la que debería ser la Carta Magna que reemplace a la establecida por los militares, en medio de grandes diferencias entre la oposición derechista y el oficialismo izquierdista.
Este es el segundo intento de Chile en un año para cambiar la Constitución instalada en 1981 por la dictadura militar (1973-1990). El primero fracasó cuando el 62% del electorado rechazó un proyecto elaborado por una convención integrada mayoritariamente por la izquierda.
Un año después el Consejo Constitucional de 50 miembros, electos democráticamente, está dominado en más de dos tercios por la oposición: el ultraderechista Partido Republicano tiene 22 cupos y la derecha tradicional 11, mientras la centroizquierda obtuvo 16 y hay un representante indígena.
El primer artículo aprobado señala que Chile es un Estado social y democrático de derecho, mientras la primera enmienda rechazada fue una presentada por la ultraderecha que señalaba que “todo ser humano es persona”.
Los artículos requieren dos tercios de los sufragios para ser aprobados e integrar el texto que se llevará a plebiscito en diciembre.
Aunque se aprobó el artículo sobre qué tipo de Estado es Chile, el oficialismo está descontento porque estima que no es todo lo fuerte que esperaba y fue desplazado del primer al segundo lugar. El texto referido a la protección de la vida fue rechazado porque así como fue redactado por el Partido Republicano podría significar un retroceso a la ley que permite el aborto en tres causales. Las votaciones del Consejo se extenderán hasta el 7 de octubre.
Aunque ya no se pueden introducir más enmiendas, al momento de redactar los reglamentos es posible insistir en otros ajustes.
El primer capítulo en debate también incluye que los reos mayores de 75 años cumplan las condenas en sus casas y menciona el deporte y el baile nacional, entre otras materias.
El Consejo introdujo enmiendas e hizo cambios en el orden de presentación de los artículos de un anteproyecto, elaborado por una comisión de 24 expertos designados por los partidos políticos que entregó un texto que considera 12 bases constitucionales que ponen límites al texto final.
Frente a las diferencias entre el oficialismo y la oposición en varios temas, la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), dijo esta semana que está muy preocupada porque “hay síntomas que sugieren que podemos fallar en darle una buena y nueva Constitución al país”.
Agregó que los republicanos “pretenden imponer su peso para darle señales identitarias a sus electores”, en políticas públicas que no comparten como salud, previsión e interrupción del embarazo.
Por su parte, el expresidente centroderechista Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), declaró que el trabajo del Consejo “tiene que ser fruto de acuerdos amplios y sólidos que trasciendan las coyunturas del momento” para que sea aceptado por la mayoría de los chilenos. Añadió que una Carta Magna no es un programa de gobierno ni una ley o reglamento.
El proyecto que entregue el Consejo será votado en un plebiscito el 17 de diciembre y si es aprobado, se publicará en la gaceta oficial y entrará en vigor 10 días después, señala la Constitución vigente, la que no precisa qué pasará si es rechazado.
Los expertos indican que seguiría nuevamente vigente la Carta Magna anterior. Un eventual tercer proceso constitucional debería ser aprobado por el Congreso.