Uno de los abogados de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández en la causa judicial por el intento de atentado que sufrió hace dos semanas consideró este miércoles que “la hipótesis del loquito suelto se agotó” y que hay que identificar al grupo está detrás del hecho.
Manuel Ubeira dijo a Radio 10 que el encargo de la vicepresidenta es “llegar hasta donde la última prueba nos conduzca” para determinar “quién está detrás” del ciudadano brasileño Fernando Sabag Montiel, autor material del fallido ataque contra la vicepresidenta en Buenos Aires el 1 de septiembre.
Sabag Montiel, de 35 años, fue detenido tras gatillar dos veces con su pistola Bersa a pocos centímetros de la cabeza de la vicepresidenta. El arma tenía cinco balas pero no llevaba ninguna en la recámara, por lo que la bala no salió, según la policía.
Su novia, la argentina Brenda Uliarte, de 23 años y quien estaba en la misma zona en el momento de los hechos, fue arrestada tres días después y ambos están acusados de haber intentado asesinar a la dirigente peronista. Otra argentina, identificada como Agustina Díaz y que es amiga de Uliarte, fue arrestada el lunes por la noche bajo la sospecha de confabulación.
Los tres fueron trasladados este miércoles a los tribunales para ser indagados. El brasileño y su pareja ya han sido interrogados otras veces y para Díaz será la primera vez que se siente ante la Fiscalía, aunque sus abogados han adelantado a periodistas que la mujer no tiene que ver con el ataque y no declarará.
Fernández, quien gobernó de 2007 a 2015, se presentó la víspera como querellante en la causa, lo cual le permite tener acceso al expediente.
Su abogado subrayó que “este no es un hecho de un loco irresponsable que anda suelto... parece que es un grupo de personas organizadas con determinado propósito”.
El frustrado ataque ha generado conmoción. Desde hace más de dos décadas la dirigente peronista es una figura central de la política argentina, donde ha ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora vicepresidenta.
El agresor reside en Argentina desde la década de 1990 e imágenes obtenidas de sus cuentas en redes sociales, ahora inactivas, lo han mostrado posando con sus manos y brazos llenos de tatuajes asociados con simbología nazi.
Varios medios de prensa han reportado que en el teléfono celular de Uliarte se descubrieron mensajes que la relacionan con grupos de ultraderecha. AP no pudo confirmar esta información.
Una foto de Uliarte que fue borrada de sus redes sociales y publicada por la prensa la mostró participando de una marcha de varias decenas de personas el 18 de agosto en contra del gobierno.
“No podemos seguir dormidos”, escribió la mujer junto a la imagen en la que se la ve ante la sede del Ejecutivo y afirmó que quienes gobiernan en Argentina “son comunistas disfrazados de seudo demócratas”
Los días previos al intento de atentado las inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta estuvieron llenas de seguidores para respaldarla después de que un fiscal pidió una condena para ella de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por presuntos actos de corrupción cometidos durante su gobierno.
La vicepresidenta niega los cargos y señala que la justicia actúa bajo dictados de dirigentes opositores para apartarla de la vida política.
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