Un contratista del gobierno estadounidense, encarcelado en Cuba, está animado y con buen estado de salud, pero ansioso de estar en casa con su familia y decepcionado de haber sido excluido del amplio indulto a prisioneros anunciado la semana pasada por el presidente Raúl Castro, dijo el miércoles una dirigente judía que lo visitó.
Adela Dworin declaró a la agencia de noticias AP que otro líder judío pasó dos horas el lunes con Alan Gross en el hospital militar donde está detenido. (Lea aquí:Piden liberar a Alan Gross)
Los tres celebraron la festividad judía de Janucá encendiendo luminarias, comiendo panqueques de papa y compartiendo monedas de chocolate.
"Su salud es muy buena", dijo Dworin. "Ha subido algo de peso. No está gordo, pero ya no está delgado".
Según informaciones, Gross había perdido 45 kilogramos de peso desde que fue detenido en diciembre del 2009.
Gross estaba trabajando en 2009 en un programa de fomento a la democracia financiado por la agencia estadounidense asistencial USAID cuando fue detenido. Sus simpatizantes dicen que sólo estaba tratando de ayudar a la pequeña comunidad judía en la isla para que mejorara su conexión a internet. Cuba afirma que los programas de la USAID tienen el propósito de buscar un cambio de régimen en la isla.
Dworin dijo que Gross, oriundo de Maryland y de 62 años, manifestó su amor por el pueblo cubano y expresó la esperanza de que se le permita volver a Cuba cuando sea liberado. También anhela profundamente volver a casa con su familia, indicó Dworin y enfatizó que Gross mantuvo una actitud firme durante la visita.