La candidata demócrata Hillary Clinton intenta expandir su base de apoyo cortejando a los seguidores de Donald Trump en algunos estados tradicionalmente republicanos.
“El mapa electoral nos favorece, y, en cierto modo, la dinámica en este momento nos favorece”, dijo Joel Benenson, el estratega de la campaña de Clinton, a la agencia The Associated Press.
“Mientas hallemos más lugares en los que podamos hacerlos jugar a la defensiva, mejor vamos a estar”, agregó.
Trump se ha tambaleado durante las dos últimas semanas, ahogado en sus propias palabras y creando él solo nuevos conflictos.
Inicialmente su estilo era preocupante para los demócratas, porque temían ser arrastrados hacia las controversias, pero cuando solo faltan tres meses para la elección, ven más ventajas a que siga hablando cosas políticamente inimaginables.
El objetivo demócrata de antes — la coalición de minorías, jóvenes, y mujeres que dio dos veces la victoria a Obama— ahora puede verse expandido al encontrar apoyo entre los independientes y los republicanos desencantados con Trump.
“Me siento humilde y conmovida por los republicanos que están dispuestos a ponerse de pie y decir que Donald Trump no representa sus valores”, dijo Clinton esta semana en Iowa.
“Puede que no estemos de acuerdo en todo, pero esta no es una elección normal y voy a trabajar duro en los próximos tres meses para ganarme el apoyo de todos los que quieran poner al país primero”, añadió.
La encuestas también sugieren que Clinton podría beneficiarse de quienes tienden a votar republicano, pero que en esta elección prefieren quedarse en casa en lugar de votar por Trump.
“No confían en Hillary Clinton”, dijo el encuestador republicano, Neil Newhouse. “Pero al mismo tiempo, no se pueden voltear hacia Donald Trump porque les da miedo”.