Gracias a Hollywood, el mundo de los ‘cowboys’ evoca la imagen de la dureza del hombre independiente: solitario, curtido y…, blanco. Sin embargo, gran parte de los vaqueros del viejo oeste fueron afroamericanos.
Cada octubre, el ‘Black Cowboy Parade’ de Oakland, en California, celebra el papel que los afroamericanos jugaron en la conquista del oeste tras la Guerra Civil en la década de 1860.
Desfile de vaqueros
Este año, el desfile de vaqueros de color estuvo liderado por afroamericanos montados en sus caballos, sentados en sus altas sillas, con sombreros, botas, las espuelas y las hebillas.
Oakland es el área metropolitana más grande de la bahía de San Francisco y la imagen de los vaqueros trotando por sus calles parece fuera de lugar hoy en día. Sin embargo, el desfile de vaqueros se ha mantenido durante los últimos 36 años, y es el único desfile del país que conmemora la contribución de los vaqueros afroamericanos.
Wilbert McAlister, presidente de la Asociación de Vaqueros Negros de Oakland, asegura que el término ‘vaquero’ fue acuñado originalmente por los propietarios de las plantaciones del sur antes de la Guerra Civil.
“Tenían al chico de casa, que trabajaba en la casa, y al que trabajaba en el campo que le llamaban chico del campo. Pero para los graneros que albergaban a las vacas y a los caballos era simplemente algo como ‘alguien tiene que ir allá y limpiar eso”, explica McAlister. “Así que entonces necesitaron a otro chico que cuidase de las cavas y de los caballos, que durmiera con ellos en las praderas, porque no tenían ninguna valla que protegiera a los animales. Así que estos chicos fueron llamados ‘vaqueros’”.
Vaqueros negros
Tras la Guerra Civil y el proceso de emancipación, muchos vaqueros negros cogieron sus cosas junto a sus caballos y su ganado y se dirigieron al oeste para convertirse en ganaderos, cocineros, rancheros y jinetes. McAlister, descendiente de vaqueros y rancheros de Texas, estima que casi un tercio de los vaqueros de esta rama fueron afroamericanos.
“Fueron los vaqueros negros los que llegaron aquí, trayendo comida para la gente y organizando la formación de una ciudad que abriera el camino a los americanos. Esa es nuestra contribución pero nadie nos da crédito aunque fuimos parte del movimiento”, asegura.
Randy Harris, jinete y ranchero en la zona central de California durante diez años, ha asistido a la mayoría de los desfiles de vaqueros negros que se han celebrado hasta ahora, y se unió a la asociación hace dos años. “Crecí viendo las películas de vaqueros, durante un periodo entre los 60 y los 70 en el que emitían una película de estas cada noche”, recuerda Harris. ”‘Bonanza’, el domingo, ‘Maverick’, el miércoles, “Wagon Train’. Así que una vez más fuimos excluidos por los libros de historia y la televisión”.
Reviviendo el legado
La asociación está haciendo un esfuerzo por rectificar esta omisión y, aunque la mayoría de sus miembros no trabaja como vaquero, mantienen viva la memoria de los vaqueros negros a través de programas escolares, en las iglesias o en los grupos de barrio del norte de California.
Como parte de su presentación llegaron vestidos con varios elementos de los vaqueros, y algunas ocasiones traen consigo a sus caballos. Para algunos niños era la primera vez que veían a un jinete montar en su caballo. “Llegaron con sus pantalones caídos y cruzaban sus miradas entre unos y otros. Pero, al final del día, se subieron los pantalones y se ayudaron los unos a los otros a manejar los caballos”, relata Harris. “Olvidaron de dónde venían porque todos tienen un objetivo común”.