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La disputa entre Trump y Biden sobre la OTAN expone la división acerca del papel de EEUU en el mundo


Una bandera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ondea en su sede en Bruselas, Bélgica, el 16 de noviembre de 2022.
Una bandera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ondea en su sede en Bruselas, Bélgica, el 16 de noviembre de 2022.

Con sus últimos comentarios, el expresidente Donald Trump ha sembrado dudas sobre el futuro papel de EEUU junto a sus aliados de la OTAN. El presidente Joe Biden se reafirma en el apoyo a la alianza. Ambas posturas dividen a los votantes estadounidenses.

Mientras el expresidente Donald Trump redobla sus declaraciones de que, de ser elegido nuevamente, no defendería a los miembros de la OTAN que no cumplan sus objetivos de gasto en defensa, y un paquete de financiación militar extranjera permanece estancado en el Congreso, está surgiendo una marcada división sobre cómo dos presidentes estadounidenses y sus electores ven el papel de Estados Unidos en el mundo.

Biden, que ha hecho del fortalecimiento de las coaliciones contra adversarios el principio central de su política exterior, aboga por una mayor cooperación internacional en general. Trump, el probable candidato presidencial republicano, está nuevamente presionando por su aislacionismo del America First (“Estados Unidos primero”) que creó ansiedad entre aliados y socios durante su mandato.

Lo que está en juego es cómo cumpliría Washington el principio de defensa colectiva previsto en el Artículo 5 de la carta de la OTAN, que exige que los miembros se ayuden entre sí en caso de un ataque externo.

En un discurso de campaña la semana pasada, Trump se jactó de que, como presidente, una vez advirtió a un líder de la OTAN que permitiría a Rusia hacer lo que quisiera con los países miembros de la alianza que son "morosos" en la asignación del 2 % de su producto interno bruto al gasto en el sector militar.

Los comentarios han provocado ansiedad entre los aliados de la OTAN, que apoyan la lucha de Ucrania contra la invasión rusa hace dos años, pero los aliados de Trump los descartan como mera retórica de campaña.

Sin embargo, en otro evento de campaña el miércoles por la noche, Trump volvió sobre la misma historia y dijo: “Miren, si no van a pagar, no lo vamos a proteger, ¿de acuerdo?"

Trump se ha quejado durante mucho tiempo de que Washington carga injustamente con una parte desproporcionada de la carga que deben asumir los 31 miembros de la alianza. En los meses anteriores a su elección en 2016, el republicano cuestionó repetidamente el propósito y la eficacia de la OTAN, calificándola de “obsoleta”.

Al presionar para que la Cámara aprobara el paquete de ayuda de seguridad de 95.000 millones de dólares para Ucrania, Israel y sus aliados del Indo-Pacífico, Biden denunció el martes los comentarios de Trump contra la OTAN como “vergonzosos”, “peligrosos e impactantes” y “antiestadounidenses”.

Criticó el enfoque “transaccional” de su predecesor, destacando que el Artículo 5 ha sido invocado sólo una vez y fue a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, permitiendo a los aliados ayudar en la campaña militar estadounidense en Afganistán.

Trump se está “inclinando ante un dictador ruso”, dijo Biden, y prometió que su administración no abandonará su “compromiso sagrado” con la Alianza Atlántica.

En defensa de los comentarios de Trump, Jason Miller, asesor principal de su campaña, dijo que el exmandatario “consiguió que nuestros aliados aumentaran su gasto en la OTAN exigiéndoles que pagaran, pero Joe Biden volvió a dejarles aprovecharse del contribuyente estadounidense”.

"Cuando no pagas tus gastos de defensa, no debe sorprenderte que haya más guerra", dijo Miller en una declaración a la Voz de América.

La Casa Blanca sostiene que es Biden quien merece crédito por aumentar el número de aliados de la OTAN que alcanzan su umbral de defensa del 2 %, de nueve miembros a 18, desde que asumió la presidencia.

"Tenemos a los países de la OTAN dando un paso adelante con planes implementables para la defensa y la disuasión del este y el sur de una manera como nunca antes lo habían hecho", dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan durante una sesión informativa en la Casa Blanca el miércoles. "Y hay unidad entre la alianza de la OTAN de una manera que realmente no tiene precedentes en la memoria moderna".

Oposición de los leales a Trump

El paquete de financiación de 95.000 millones de dólares para los aliados fue aprobado por el Senado el martes, pero ahora enfrenta una fuerte oposición de los leales a Trump en la Cámara de Representantes, incluido su presidente, Mike Johnson.

Más de la mitad de los senadores republicanos, incluidos algunos de los halcones de política exterior más comprometidos del partido, votaron en contra de la medida.

Uno de ellos, el senador Lindsay Graham, dijo que Trump está “totalmente en contra” del proyecto de ley. Señaló su apoyo a la idea de Trump de que Estados Unidos debería convertir esos paquetes de financiación en “un préstamo, no un regalo”.

Los aliados de Trump también han planteado ideas para obligar a los miembros de la OTAN a pagar. Keith Kellogg, teniente general retirado y ex jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca bajo Trump, sugirió una “alianza escalonada” en la que los miembros que no cumplieran con el objetivo del 2 % en defensa ya no estarían cubiertos por las protecciones del Artículo 5.

Tales señales de Trump y sus aliados han ido más allá del aislacionismo al socavar la confianza de los aliados europeos, dijo Kristine Berzina, directora gerente de Geostrategy North en el grupo de investigación German Marshall Fund (GMF, por sus siglas en inglés). Contradicen “la esencia de la disuasión” e invitan a las hostilidades.

“Trump está tratando de ganar puntos mediante la bravuconería. Y la bravuconería estadounidense en el escenario internacional ha sido increíblemente poderosa para los amigos de Estados Unidos”, dijo a la VOA. “Esto es algo así como lo contrario de la bravuconería".

Los votantes estadounidenses

Hasta la llegada de Trump, apoyar a aliados y socios nunca había sido un elemento controvertido de la política exterior, que en sí mismo no es tradicionalmente un tema clave en las elecciones estadounidenses. Sin embargo, con el ataque de Trump a la OTAN, la cuestión más amplia del papel de Estados Unidos en el mundo se convertirá en otra división entre los votantes.

Sólo el 50 % de los republicanos cree que Estados Unidos se beneficia de las alianzas transatlánticas, en comparación con el 80 % de los demócratas y el 63 % de los independientes, según una encuesta de octubre del Consejo de Asuntos Globales de Chicago.

El tema está “altamente politizado” por Trump para “impulsar su base”, dijo Clifford Young, presidente de asuntos públicos de Ipsos, una firma de investigación de encuestas. Para Trump, "se trata de romper las reglas y cambiar las cosas", dijo Young a la VOA. "Su base está muy a favor de eso en un sentido general, no necesariamente de manera específica".

Entre los republicanos, el 40 % de los que se identifican como partidarios de Trump apoyan la ayuda militar a Ucrania, mientras que el 59 % de los republicanos que no son partidarios de Trump la apoyan, cerca del nivel del 63 % entre el público en general.

Las discusiones sobre la OTAN y el apoyo a Ucrania se intensificarán cuando la administración organice una cumbre de la alianza en julio en Washington, menos de una semana antes de la Convención Nacional Republicana, donde es probable que Trump sea nominado oficialmente como candidato presidencial del partido.

La cumbre de la OTAN está destinada a celebrar el 75º cumpleaños de la alianza atlántica y mostrar que “es más grande, más fuerte y más unida que nunca”, dijo Sullivan en una conferencia de prensa en la sede de la OTAN en Bruselas a principios de este mes.

Ese mensaje está en camino de chocar con el “Estados Unidos primero” de Trump.

"Mucho más que en cualquier otra temporada de campaña, veremos que la política exterior y la seguridad desempeñan un papel enorme", dijo Berzina del GMF. “Trump está rompiendo por completo la ortodoxia republicana, no sólo con su aislacionismo, sino también con su complacencia hacia los autócratas”.

La pregunta es, añadió Berzina, cuántos republicanos y demócratas centristas votarían para decir que el mensaje de Trump no está en línea con lo que es Estados Unidos.

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