Miles de comercios y negocios de todo tipo se han visto afectados por la pandemia del COVID-19. Los cierres obligados para evitar la propagación y contagios han obligado a los propietarios de los negocios a reajustar sus estrategias y buscar otras formas de seguir con sus emprendimientos, adaptados a las nuevas exigencias.
La salida que muchos han visto, especialemente en América Latina, ha sido el comercio electrónico, las ventas por Internet de productos y servicios, algo que no era tan popular en la región, pero que en meses recientes, ha ido en aumento.
"Yo diría que es muy interesante que hemos visto la emigración al comercio electrónico, y que ha pasado de manera bastante impresionante. Hemos visto la aceleración de años en una cuestión de seis meses, y esto ha sido bastante bastante impactante", recalcó Walter Pimenta, vicepresidente de productos e innovación de Mastercard a la Voz de América.
Pimenta dijo que si bien el comercio electrónico en Latinoamérica no es tán avanzado como en otras regiones del mundo, se ha ido consolidando muy bien.
"El consumo digital en Latinoamérica no es tan maduro como en Europa o en Norteamérica, pero eso viene cambiando desde antes de COVID a una velocidad impresionante. Latinoamérica, en términos de crecimiento de compras en línea, es la región que desde hace 4 años crece más rápido”
Un cambio que, según Pimenta, no solo se ve en la forma de consumo sino en el método de compra, pues cada vez más personas eligen el uso del dinero plástico, es decir, el uso de tarjetas de débito o crédito.
"Nosotros hemos visto un aumento de lo que llamamos "cash aversion" (aversión al efectivo), o sea los consumidores que compraban con efectivo antes han percibido que el efectivo tiene un componente de suciedad, y este componente de suciedad hace que la gente cambie sus hábitos de compra generalmente asociados a pequeños montos en cash hacia las tarjetas,y más específicamente hacia las tarjetas sin contacto que brindan una experiencia muy interesante para el consumidor en el punto de venta ya que efectivamente ayuda en el sentido del distanciamiento social", resaltó el ejecutivo de Mastercard.
Sin embargo, a pesar de este notable crecimiento en las compras y ventas electrónicas, la región aún se encuentra por debajo de otras como Europa o Estados Unidos, y esto podría deberse a que muchas personas en América Latina no tienen una cuenta bancaria.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, un 46% de la población latinoamericana, en 2018, no tenía una cuenta bancaria. Asunto que no solo impacta las compras en línea sino que dificulta otras transacciones, incluso en estos tiempos de pandemia.
"Muchos gobiernos en Latinoamérica han también encontrado dificultad en hacer los desembolsos sociales, justamente porque la parte más afectada de la población muchas veces no tiene una cuenta, muchas veces no tiene una tarjeta y la solución para esto ha sido, en muchos casos, la emisión de tarjetas prepagadas, que son tarjetas que básicamente atienden muy bien a ese tema de ser el primer instrumento financiero de un consumidor que pasa a operar en el mundo electrónico", comentó Pimento a la VOA.
Según se destacó en un panel de discusión del Council of the Americas sobre este tema de consumo, ahora se esperan menos, pero compradores más exigentes en las tiendas, por ende el mercado se ha visto obligados a cambiar con el cliente que, además, tras la pandemia, muestra más interés por servicios digitales.
(Adaptación: Herbert Zepeda)