Ecuador cumple nueve días de paralización en medio de la radicalización de las protestas por parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), que rechaza la violencia con la que las manifestaciones han sido reprimidas.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, también ha dicho que rechaza absolutamente la violencia suscitada en el territorio y volvió a culpar al presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, y al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, de la crisis actual. Correa lo niega y dice que Moreno es un "traidor".
"Nadie tiene derecho, auspiciados desde Caracas y con las órdenes de Maduro y Correa, a agredir a las personas y dañar bienes públicos", expresó.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dio el viernes su apoyo al presidente Moreno en un comunicado.
"Reconocemos las difíciles decisiones que Lenín y el gobierno de Ecuador han tomado para establecer las bases de la prosperidad económica", escribió Pompeo en un comunicado.
“Estamos conscientes y monitoreamos las denuncias de la injerencia de actores externos en estas manifestaciones”, dijo el secretario de Estado respecto a la afirmación de Moreno de que Maduro y Correa están detrás de las protestas.
La dirigencia de CONAIE pidió la renuncia de los ministros de la Defensa y Gobierno después de que un miembro de su comunidad muriera víctima de un golpe en medio de los choques.
En la concentración de más de 5.000 indígenas fueron retenidos policías y periodistas.
"Estamos pidiendo que se una el pueblo compañeros, sí o no", dijo el dirigente Jaime Vargas.
El jueves en la noche, la Defensoría del Pueblo informó que 864 personas han sido detenidas desde el inicio de las protestas contra medidas económicas impulsadas por el gobierno ecuatoriano.
También se conoció que el periodista Freddy Paredes, de la cadena Teleamazonas, fue dado de alta de una casa de salud a donde fue llevado el jueves, luego de haber sido agredido con una piedra. El reportero cubría una congregación que se desarrolló en la inmediaciones de la Casa de la Cultura ecuatoriana.
En medio de la conmoción, también se daba cuenta del ataque al cuartel militar Marco Aurelio Subía, situado a 20 kilómetros de la ciudad de Quito.
"No se trata de población común sino que existe personal organizado e infiltrado que tiene características de delincuencia", dijo Edison Mogollón, responsable del mismo.
Portazo al diálogo hasta ahora
La principal organización indígena de Ecuador rechazó el diálogo abierto con el gobierno para resolver la violenta crisis que ha dejado muertos y heridos, echando por tierra las esperanzas de Moreno sobre una eventual negociación.
"Nada de diálogo con un gobierno asesino", dijo la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) en un comunicado firmado por su presidente, Jaime Vargas. El dirigente, que llamó a "radicalizar las acciones" mediante "bloqueos de vías y las tomas" de edificios públicos.
Moreno quiere diálogo con paz
El presidente Moreno ha dicho que está dispuesto al diálogo, pero a su vez ha exigido que se mantenga la paz.
"Pero primero paz, primero que los ciudadanos estén en paz, que las ciudades estén abastecidas y que no se esté amenazando con matarlos de hambre", dijo Moreno, que regreseó a Quito esta semana después de varios días en Guayaquil debido a las protestas.
La ministra María Paula Romo reportó la detención de 17 personas la mayoría de nacionalidad extranjera que estaban en el aeropuerto Mariscal Sucre, y que según explicó, tenían información de rutas que tomaría el vicepresidente Otto Sonnenholzner, quien estaba arribando a la ciudad de Quito.
"En su poder se encontraba información sobre el traslado del presidente y del vicepresidente", dijo Romo.
En la noche del jueves la dirigencia indígena entregó a 10 policías que mantenía retenidos desde el miércoles a una comitiva de la ONU y la Defensoría del Pueblo, mientras la Comisión de Transparencia ha llamado a un diálogo entre el Presidente y los representantes de la CONAIE.
(Con reporte adicional de Néstor Aguilera)