Autoridades antidrogas de Estados Unidos revelaron el miércoles en Chicago estrategias adicionales para combatir a los cárteles del narcotráfico mexicanos, mientras que funcionarios del gobierno, el ejército y la policía federal de México dijeron que una prioridad era capturar al líder del cada vez más poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación.
La conferencia de prensa con los funcionarios lado a lado fue una evidencia de la cooperación bilateral en medio de las continuas tensiones por las políticas comerciales e inmigratorias del presidente Donald Trump, incluida su promesa de construir un muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.
Los nuevos planes incluyen poner mayor énfasis en atacar la infraestructura financiera de los cárteles y la creación de una nueva entidad policial afincada en Chicago que se concentrará en las investigaciones internacionales de cárteles. Sin embargo, no hay muchas cosas nuevas respecto a las estrategias que ambos países han empleado contra los cárteles durante años.
Por ejemplo, la estrategia de ir contra los cabecillas de los cárteles seguirá siendo un elemento clave de las tareas para desmantelar a las organizaciones criminales. El trofeo más grande hasta el momento fue la extradición en enero de 2017 de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, quien enfrenta cargos en Estados Unidos por tráfico de drogas.
Entre los cárteles que compiten con el de Sinaloa está el Cártel Jalisco Nueva Generación, o CJNG, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, también conocido como “El Mencho”. El cártel alguna vez derribó a un helicóptero del Ejército mexicano con un lanzacohetes.
El año pasado, el reporte de la DEA calificó al CJNG como “uno de los (cárteles) más poderosos y de más rápido crecimiento en México y Estados Unidos”. Dijo que el producto principal del grupo es la metanfetamina, siendo los principales centros de distribución Los Ángeles, Nueva York y Atlanta.
En la conferencia de prensa del miércoles, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, subprocurador de México, dijo que una prioridad es la captura de la cabeza del CJNG. En tanto, funcionarios en México anunciaron una recompensa de 30 millones de pesos (1,6 millones de dólares) por la captura de Oseguera.
Matthew G. Donahue, director de la DEA para Norte y Centroamérica, dijo el martes a la AP que Estados Unidos quiere confiar más en los cambios en el sistema legal mexicano de los últimos años, diseñados para hacer más eficientes la recopilación de pruebas y los procesos judiciales.
“Es lo que realmente intentamos fomentar, que la cooperación que actualmente tenemos con México sea un poco más eficiente, un poco más agresiva”, dijo Donahue.
A cambio, dijo, Estados Unidos tiene la intención de hacer más para ayudar a detener el flujo de armas hacia México que contribuye a la violencia en el país. Donahue dijo que unas 31.000 personas fueron asesinadas en México el año pasado, un récord anual.
Algunos expertos en cárteles dicen que no creen que las tensiones a nivel presidencial entre ambos países hayan afectado la cooperación en la lucha contra los narcotraficantes al nivel policial.
“A nivel de trabajo, hay una historia de trabajo conjunto”, dijo Scott Stewart, vicepresidente de análisis táctico para la firma de inteligencia Stratfor, de Texas. “No se ve impactado por la retórica política”.
Un reporte de 2018 de Justicia en México de la Universidad de San Diego señalaba que la caída de Guzmán “reformó drásticamente el panorama del crimen organizado en México”, incluyendo el abrir paso para el surgimiento del CJNG. Agregó que el líder de 52 años del cártel “tiene la reputación de ser un asesino despiadado”. Migró a Estados Unidos en la década de 1980 y luego fue deportado a México por una condena de tráfico de drogas.
El mismo reporte exhortó a los legisladores a no depender tanto en la estrategia de ir tras las grandes cabezas y extraditarlos a Estados Unidos, argumentado que con frecuencia tiene un efecto “Hidra”, con el que surge una nueva serie de cabecillas sin reducir la amenaza general de los cárteles.
Pero la DEA no dio indicios de que ella o los mexicanos estuvieran dispuestos a abandonar esa estrategia. Donahue dijo en su entrevista del martes que Estados Unidos y México “siempre irán tras el mandamás” del cártel, aunque también dijo que las agencias del orden “siempre irán tras toda la organización”.
Los cárteles de México con frecuencia intentan adaptarse a las estrategias policiales, decía un reporte de la analista de asuntos latinoamericanos June Beittle, del Servicio de Investigación Congresual, un brazo investigador del Congreso.
Los grandes cárteles jerárquicos “dirigidos por cabezas de cártel difíciles de capturar” son “reemplazados por organizaciones más planas y ágiles que tienden a tener redes más libres”. El reporte dice que los cárteles también diversifican sus operativos criminales para incluir secuestro, prostitución, extorsión e incluso piratería de software.
Entre otros funcionarios mexicanos presentes en Chicago estaban el procurador general Alberto Elías Beltrán y el director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal de México Omar Hamid García Harfuch.