De manera imprevista el presidente Barack Obama ofreció su última conferencia de prensa como parte de su primer periodo de gobierno y volvió a instar al Congreso sobre la necesidad de elevar el “techo de la deuda” para evitar una catástrofe financiera.
Lo que está en discusión en Washington, señaló, es si EE.UU. paga o no sus facturas. “Nosotros no somos una nación holgazana”, dijo.
Obama reiteró que no entrará a negociaciones que incluyan una reducción del presupuesto sacrificando programas como el Medicare o la educación de los jóvenes e indicó que sería ridículo que sus oponentes en el Congreso no eleven el tope de endeudamiento del país actualmente fijado en $16 billones 400 mil millones de dólares.
“Aumentar el techo de la deuda significa pagar nuestras cuentas no es autorizar más gastos”, dijo el presidente, y agregó que no se trata de “autorizar más gastos” porque “esas cuentas ya se han acumulado”.
Según Obama, ya ha reducido más de un billón de dólares en gastos federales aunque está dispuesto a negociar más recortes, incluyendo el Medicare, pero no como parte de las discusiones sobre la elevación del techo de la deuda.
El presidente expresó que estará “feliz” de reunirse con los miembros del Congreso para lograr reducir el gasto fiscal, pero de una forma balanceada y que ponga a las personas a trabajar.
De no lograrse un acuerdo las consecuencias serían “catastróficas” para la economía del país donde de lo que se trata es de cumplir con los pagos que debe hacer EE.UU. para evitar que el gobierno se paralice. "No hacerlo sería absurdo e irresponsable", agregó.
Asimismo el presidente habló sobre el control de las armas y expresó que está a la espera de las recomendaciones formales del grupo de trabajo liderado por el vicepresidente Joe Biden para tomar decisiones sensatas y evitar que suceda otra tragedia como la vivida hace un mes en el pueblo de Newtown, Connecticut.
Se esperaba también que el presidente Barack Obama delineara otros puntos importantes de su agenda de trabajo como la reforma migratoria, pero finalmente solo mencionó la necesidad de aprobar una ley sin dar mayores detalles.
Lo que está en discusión en Washington, señaló, es si EE.UU. paga o no sus facturas. “Nosotros no somos una nación holgazana”, dijo.
Obama reiteró que no entrará a negociaciones que incluyan una reducción del presupuesto sacrificando programas como el Medicare o la educación de los jóvenes e indicó que sería ridículo que sus oponentes en el Congreso no eleven el tope de endeudamiento del país actualmente fijado en $16 billones 400 mil millones de dólares.
“Aumentar el techo de la deuda significa pagar nuestras cuentas no es autorizar más gastos”, dijo el presidente, y agregó que no se trata de “autorizar más gastos” porque “esas cuentas ya se han acumulado”.
Según Obama, ya ha reducido más de un billón de dólares en gastos federales aunque está dispuesto a negociar más recortes, incluyendo el Medicare, pero no como parte de las discusiones sobre la elevación del techo de la deuda.
El presidente expresó que estará “feliz” de reunirse con los miembros del Congreso para lograr reducir el gasto fiscal, pero de una forma balanceada y que ponga a las personas a trabajar.
De no lograrse un acuerdo las consecuencias serían “catastróficas” para la economía del país donde de lo que se trata es de cumplir con los pagos que debe hacer EE.UU. para evitar que el gobierno se paralice. "No hacerlo sería absurdo e irresponsable", agregó.
Asimismo el presidente habló sobre el control de las armas y expresó que está a la espera de las recomendaciones formales del grupo de trabajo liderado por el vicepresidente Joe Biden para tomar decisiones sensatas y evitar que suceda otra tragedia como la vivida hace un mes en el pueblo de Newtown, Connecticut.
Se esperaba también que el presidente Barack Obama delineara otros puntos importantes de su agenda de trabajo como la reforma migratoria, pero finalmente solo mencionó la necesidad de aprobar una ley sin dar mayores detalles.
