El vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden y la secretaria de Justicia Loretta Lynch asistieron a la ceremonia funeral de tres de los policías asesinados afuera de un pequeño comercio en Baton Rouge el 17 de julio.
Biden dijo que las balas que mataron a los tres agentes también impactaron al país y "tocaron el alma de toda la nación".
El vicepresidente consoló a los familiares y amigos diciendo que por experiencia sabe un día recordaran a sus seres queridos "con una sonrisa en los labios en lugar de lágrimas en los ojos".
Un veterano del Ejército originario de Kansas City, Missouri, asesinó a los policías menos de dos semanas después de las protestas en Baton Rouge por la muerte de Alton Sterling, un hombre negro de 29 años que murió de un disparo durante un altercado con dos policías blancos.
Por su parte la secretaria Lynch, dijo que los estadounidenses pueden rendir homenaje a los sacrificios de los tres policías ultimados en Baton Rouge permaneciendo unidos y rechazando el resentimiento y la ira.
Lynch elogió a los agentes durante el servicio funeral en una iglesia de la ciudad, llamándolos héroes, y afirmó que siente que el "mundo está dañado sin remedio", luego de las tragedias como el tiroteo en el que murieron los oficiales Montrell Jackson y Matthew Gerald y el vicealguacil Brad Garafola.
La secretaria de Justicia tiene planeado reunirse con oficiales de la policía local y equipos de primeros auxilios.
