Por Ken Bredemeier, VOA
El presidente Donald Trump dice que el ataque con armas químicas en Siria "fue una afrenta a la humanidad". Trump hizo el comentario al iniciar conversaciones en la Casa Blanca con el rey Abdalá de Jordania.
Preguntado por periodistas si Estados Unidos tomará alguna acción, Trump respondió "ya verán". El martes, la Casa Blanca emitió una declaración en la que denuncia el ataque como "censurable" y dijo que "no puede ser ignorado por el mundo civilizado".
El horrendo ataque del martes en Siria, vecino de Jordania, así como la posibilidad de renovadas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos fueron los principales tema de la agenda del encuentro entre Trump y el rey Abdalá.
El monarca jordano, que vino también como una especie de enviado del mundo árabe, trajo un mensaje de renovado interés en un pacto de paz con Israel que incluiría el reconocimiento de las naciones árabes y musulmanas al estado judío, a cambio de la creación de un estado palestino en Cisjordania, Gaza y el Este de Jerusalén.
La semana pasada en una cumbre, los líderes árabes renovaron el ofrecimiento que hicieron a Israel en 2002, pero el estado judío se ha negado a retirarse de las tierras que capturó en 1967 en la Guerra de los Seis Días.
La nueva posibilidad de conversaciones de paz y la creación de un estado palestino encaja con la anunciada meta de Trump de lograr un acuerdo duradero en el Medio Oriente, algo que no han podido hacer sus antecesores por décadas.
El mandatario estadounidense ha enviado a su representante Jason Greenblatt en una "gira de escucha por la región", para reunirse con líderes árabes e israelíes.
Trump se ha declarado un firme amigo de Israel y ya se reunió con el primer ministro de ese país, Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca.
Al principio, Trump dijo que podía visualizar alternativas a la solución de dos estados israelí y palestino que por mucho tiempo respaldaron otros presidentes de Estados Unidos.
Sin embargo, recientemente parece haber tomado pasos más mesurados en la región, buscando una disminución en la creación de nuevos asentamientos israelíes en los territorios ocupados y no hablando más de su promesa de trasladar la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
Desde la elección de Netanyahu en 2009, no ha habido sustanciales conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. Aunque el premier israelí no ha renegado del principio de una solución de dos estados, la mayoría de su gabinete se opone a la idea.