El asesor de seguridad nacional estadounidense Jake Sullivan se reunió este jueves en Beijing con el presidente chino Xi Jinping, concluyendo un viaje destinado a aliviar las fricciones entre las dos potencias mundiales antes de las elecciones estadounidenses de noviembre.
En el encuentro, Beijing dijo estar comprometido con una relación estable con Washington que promueva la paz mundial.
Xi Jinping dijo:
“En este mundo cambiante y turbulento, los países necesitan solidaridad y coordinación, no división ni confrontación; la gente quiere apertura y progreso, no exclusión ni retroceso.”
Durante más de 12 horas de conversaciones, los dos abordaron una serie de cuestiones que complican las relaciones, entre ellas las tensiones sobre Taiwán, el Mar de China Meridional y las demandas de Estados Unidos de frenar el flujo de los ingredientes chinos del fentanilo, la principal causa de sobredosis de drogas en Estados Unidos.
Jake Sullivan dijo:
“El presidente Biden se compromete a gestionar de manera responsable esta importante relación para garantizar que la competencia no derive en conflicto o confrontación, y a trabajar juntos cuando nuestros intereses coincidan”.
Sin embargo, siguen existiendo diferencias considerables en algunas cuestiones.
Sullivan dijo que no llegaron a ningún acuerdo nuevo sobre el Mar de China Meridional y no se discutieron posibles interferencias chinas en las elecciones estadounidenses.
Y sobre la guerra en Ucrania:
“No hemos llegado a ningún plan concreto en materia diplomática, en gran parte porque Estados Unidos se adhiere muy rigurosamente a la máxima simple de nada sobre Ucrania sin Ucrania.”
Se lograron más avances en los vínculos militares.
Empero, los analistas son escépticos sobre el alcance real de las palabras del presidente Xi Jinping, considerando que varios miembros del gobierno chino, durante el viaje de Sullivan, acusaron al mismo tiempo a Washington de dañar los intereses de Beijing y de estar coludidos con Taiwán.
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