El cierre parcial del Gobierno a falta de haberse aprobado un presupuesto por el desacuerdo entre demócratas y republicanos ha afectado a cientos de miles de estadounidenses, pero el 17 de octubre podría ser el país por entero el que se viese contra la pared.
Para esa fecha, si los legisladores no elevan el límite de endeudamiento de EE.UU. (el techo de la deuda) el Gobierno habrá visto agotados los fondos para pagar sus cuentas y tendría que declararse en mora, lo que según muchos analistas sería “catastrófico”.
El Departamento del Tesoro ha dicho que de no elevarse ese tope, que en la actualidad ya alcanzó los $16,7 billones de dólares autorizados por el Congreso, EE.UU. se vería expuesto a un descrédito internacional sin precedentes y quedaría a las puertas de una crisis financiera y una recesión “tal vez peor que la de 2008”.
Lo que ocurre es que normalmente el Congreso autoriza más gastos de los que el Gobierno es capaz de sufragar con los ingresos que percibe por concepto de cobro de impuestos, y entonces el Tesoro tiene que tomar en préstamo la diferencia para hacer frente a sus obligaciones financieras.
Sin embargo, el Congreso impone por ley un límite a qué cantidad puede el Gobierno recibir de fuentes externas, como por la emisión de Bonos del Tesoro, por ejemplo, y ese “techo” técnicamente ya se rebasó el pasado 19 de mayo, aunque aplicando medidas excepcionales desde entonces se ha podido recaudar unos $300 mil millones de dólares extra.
Pero ese dinero ya se ha agotado y para el 17 de octubre de 2013 el Departamento del Tesoro solo tendría disponibles unos $30 mil millones que serían más que insuficientes. Según el Centro de Política Bipartidista (CPB), para esa fecha el Gobierno solo estará ingresando impuestos capaces de pagar el 68 por ciento de sus facturas del próximo mes.
La crisis no estallaría de un día para otro, pero de acuerdo con el Oficina Congresional de Presupuesto, para el 31 de octubre el Gobierno tendría que pagar $6 mil millones por concepto de intereses de su deuda y el 1ro. de noviembre deberá $67 mil millones en pagos de Seguridad Social, beneficios por incapacidad, al Medicare, y a militares y retirados.
Estimados del CPB sitúan en alrededor de poco más de $1 billón la cifra que el Congreso debe añadir al techo de la deuda para que el Gobierno pueda satisfacer todas sus obligaciones hasta fines de 2014. Y además de las graves consecuencias internas para EE.UU. que ocasionaría no hacerlo, las repercusiones también serían desastrosas para otros países.
Economistas ponen de relieve que los mercados financieros mundiales están estructurados en base a la seguridad que históricamente han ofrecido los títulos del Tesoro de EE.UU., y un incumplimiento de Washington en sus pagos los desestabilizaría de inmediato con consecuencias a mediano y largo plazo impredecibles.
Potencialmente el crédito se paralizaría, el valor del dólar caería, las tasas de interés se dispararían y los daños serían incalculables, tanto que, por ejemplo, un inadvertido incumplimiento de pagos temporal de EE.UU. por valor de solo unos $122 millones de dólares en 1979 debido a un error técnico tuvo un alto costo.
Un estudio llevado a cabo diez años después determinó que el hecho, a pesar de haber sido corregido de inmediato por el Tesoro, elevó en alrededor de 0,6 por ciento los costos de endeudamiento del país, el equivalente de unos $12 mil millones de dólares.
Para esa fecha, si los legisladores no elevan el límite de endeudamiento de EE.UU. (el techo de la deuda) el Gobierno habrá visto agotados los fondos para pagar sus cuentas y tendría que declararse en mora, lo que según muchos analistas sería “catastrófico”.
El Departamento del Tesoro ha dicho que de no elevarse ese tope, que en la actualidad ya alcanzó los $16,7 billones de dólares autorizados por el Congreso, EE.UU. se vería expuesto a un descrédito internacional sin precedentes y quedaría a las puertas de una crisis financiera y una recesión “tal vez peor que la de 2008”.
Lo que ocurre es que normalmente el Congreso autoriza más gastos de los que el Gobierno es capaz de sufragar con los ingresos que percibe por concepto de cobro de impuestos, y entonces el Tesoro tiene que tomar en préstamo la diferencia para hacer frente a sus obligaciones financieras.
Sin embargo, el Congreso impone por ley un límite a qué cantidad puede el Gobierno recibir de fuentes externas, como por la emisión de Bonos del Tesoro, por ejemplo, y ese “techo” técnicamente ya se rebasó el pasado 19 de mayo, aunque aplicando medidas excepcionales desde entonces se ha podido recaudar unos $300 mil millones de dólares extra.
Pero ese dinero ya se ha agotado y para el 17 de octubre de 2013 el Departamento del Tesoro solo tendría disponibles unos $30 mil millones que serían más que insuficientes. Según el Centro de Política Bipartidista (CPB), para esa fecha el Gobierno solo estará ingresando impuestos capaces de pagar el 68 por ciento de sus facturas del próximo mes.
La crisis no estallaría de un día para otro, pero de acuerdo con el Oficina Congresional de Presupuesto, para el 31 de octubre el Gobierno tendría que pagar $6 mil millones por concepto de intereses de su deuda y el 1ro. de noviembre deberá $67 mil millones en pagos de Seguridad Social, beneficios por incapacidad, al Medicare, y a militares y retirados.
Estimados del CPB sitúan en alrededor de poco más de $1 billón la cifra que el Congreso debe añadir al techo de la deuda para que el Gobierno pueda satisfacer todas sus obligaciones hasta fines de 2014. Y además de las graves consecuencias internas para EE.UU. que ocasionaría no hacerlo, las repercusiones también serían desastrosas para otros países.
Economistas ponen de relieve que los mercados financieros mundiales están estructurados en base a la seguridad que históricamente han ofrecido los títulos del Tesoro de EE.UU., y un incumplimiento de Washington en sus pagos los desestabilizaría de inmediato con consecuencias a mediano y largo plazo impredecibles.
Potencialmente el crédito se paralizaría, el valor del dólar caería, las tasas de interés se dispararían y los daños serían incalculables, tanto que, por ejemplo, un inadvertido incumplimiento de pagos temporal de EE.UU. por valor de solo unos $122 millones de dólares en 1979 debido a un error técnico tuvo un alto costo.
Un estudio llevado a cabo diez años después determinó que el hecho, a pesar de haber sido corregido de inmediato por el Tesoro, elevó en alrededor de 0,6 por ciento los costos de endeudamiento del país, el equivalente de unos $12 mil millones de dólares.