Una inspección a simple vista de los daños ocasionados en la costa del noreste de EE.UU. por el huracán Sandy no deja dudas de que la reconstrucción tomará tiempo, el suficiente para que el asunto gravite en los próximos meses sobre el Congreso en Washington y el nuevo presidente que salga de las urnas el 6 de noviembre.
Por ahora el saldo es de decenas de personas muertas, destrozos en carreteras, edificaciones e infraestructura, incluido el viejo metro de Nueva York, y más de ocho millones de estadounidenses sin energía eléctrica, en momentos en que la calefacción comienza a ser vital.
Según Eqecat, una de las tres principales firmas utilizadas por la industria de los seguros para estimar su vulnerabilidad ante desastres, el huracán Sandy podría conllevar pérdidas aseguradas de entre $5 mil y $10 mil millones de dólares, y hasta $20 mil millones en pérdidas económicas.
De confirmarse estos cálculos preliminares, los daños provocados por Sandy superarían los $4 mil 500 millones de dólares en pérdidas aseguradas originados el año pasado por el huracán Irene, que también azotó el noreste del país.
Las pérdidas repercutirían sobre los contribuyentes que a su vez presionarían al Congreso y al gobierno para que actuaran frente al cambio climático, al que con mayor frecuencia se culpa de que tormentas como Sandy sean cada vez más comunes.
En adición, el programa nacional de cobertura de seguro contra inundaciones adeuda casi $20 mil millones de dólares como resultado de los destrozos ocasionados en 2005 en la zona del Golfo por el Huracán Katrina.
Residentes en las áreas azotadas por Sandy dieron inicio a las labores de reconstrucción este miércoles, los autobuses en Nueva York reiniciaron sus viajes y la Bolsa de Valores reanudó sus operaciones, pero la normalidad demorará en llegar a las comunidades más duramente batidas por el huracán.
“El mayor problema no está en los primeros días sino en los próximos meses”, dijo Alan Rubin, experto en materia de reconstrucción luego de desastres.
Por ahora el saldo es de decenas de personas muertas, destrozos en carreteras, edificaciones e infraestructura, incluido el viejo metro de Nueva York, y más de ocho millones de estadounidenses sin energía eléctrica, en momentos en que la calefacción comienza a ser vital.
Según Eqecat, una de las tres principales firmas utilizadas por la industria de los seguros para estimar su vulnerabilidad ante desastres, el huracán Sandy podría conllevar pérdidas aseguradas de entre $5 mil y $10 mil millones de dólares, y hasta $20 mil millones en pérdidas económicas.
De confirmarse estos cálculos preliminares, los daños provocados por Sandy superarían los $4 mil 500 millones de dólares en pérdidas aseguradas originados el año pasado por el huracán Irene, que también azotó el noreste del país.
Las pérdidas repercutirían sobre los contribuyentes que a su vez presionarían al Congreso y al gobierno para que actuaran frente al cambio climático, al que con mayor frecuencia se culpa de que tormentas como Sandy sean cada vez más comunes.
En adición, el programa nacional de cobertura de seguro contra inundaciones adeuda casi $20 mil millones de dólares como resultado de los destrozos ocasionados en 2005 en la zona del Golfo por el Huracán Katrina.
Residentes en las áreas azotadas por Sandy dieron inicio a las labores de reconstrucción este miércoles, los autobuses en Nueva York reiniciaron sus viajes y la Bolsa de Valores reanudó sus operaciones, pero la normalidad demorará en llegar a las comunidades más duramente batidas por el huracán.
“El mayor problema no está en los primeros días sino en los próximos meses”, dijo Alan Rubin, experto en materia de reconstrucción luego de desastres.