Es víspera de Domingo de Ramos y, antes de mediodía, decenas de personas se reúnen en Sabas Nieves, una de las entradas al Parque Nacional El Ávila, una imponente formación montañosa que abraza a la capital venezolana para recibir a los palmeros de Chacao, una cofradía que cada año recoge las hojas de palma que son bendecidas para ser distribuidas entre los feligreses de la ciudad.
La tradición data de 1776 cuando, según la historia, el párroco de Caracas, José Antonio Mohedano pidió el fin de una epidemia que azotaba la ciudad y prometió que cada Semana Santa buscarían las palmas. La promesa se volvió una tradición que ha pasado de generación en generación.
Los más experimentados se encargan de ensenarle a los más jóvenes cómo podar las palmeras sin dañarlas para que vuelvan a crecer.
A continuación algunos de los rostros que mantienen viva la tradición: