"¡Nos vemos en el reloj!", así han acordado durante más de un siglo los neoyorquinos, que han utilizado el reloj Waldorf Astoria como lugar de encuentro.
El legendario reloj, que se exhibe en el vestíbulo del hotel Waldorf Astoria, está ahora a la vista en la Sociedad Histórica de Nueva York mientras el hotel se somete a una importante renovación.
El reloj fue un regalo de la reina Victoria de Inglaterra e hizo su debut público en la Feria Mundial de Chicago en 1893.
“Creo que se mostraron bastante relojes en esa exposición, y creo que la tecnología y la mecánica detrás de los relojes siempre han fascinado a la gente. ¡Han sido puntos de fascinación durante siglos!", explicó a la Voz de América, Debra Schmidt Bach, de la Sociedad Histórica de Nueva York.
El empresario John Jacob Astor compró el reloj por una suma no revelada con la intención de convertirlo en la pieza central de su flamante hotel de lujo, el Waldorf-Astoria, en la Quinta Avenida de Nueva York, y cuando el hotel se mudó, el gran reloj se mudó con él.
El reloj ha visto a políticos, miembros de la realeza e incluso ha jugado un papel en películas que van desde el “Gran Gatsby” hasta una escena icónica en “Scent of a Woman” cuando Al Pacino baila tango bajo el famoso reloj.
El regalo de la reina Victoria representó la consolidación de una alianza entre Estados Unidos e Inglaterra, y esa relación se refleja en sus paneles.
“Está claro que el objetivo era presentar una muestra representativa de importantes hombres estadounidenses que datan desde la época de la Revolución Americana hasta 1893. Entonces, creo que fue un intento de los británicos por proporcionar un ejemplo de diferentes tipos de estadistas, y no todos son presidentes, incluido Benjamin Franklin, que fueron importantes para la historia de Estados Unidos", dijo Schmidt a la VOA.
Debajo de los retratos plateados se encuentran los que fueron logros históricos más recientes en Estados Unidos, como el puente de Brooklyn, la construcción de ingeniería más impresionante en ese momento, que está justo al lado de las carreras de bicicletas.
Schmidt dice que muchos de los deportes representados en el reloj fueron de los más populares en su época.
“Andar en bicicleta, por ejemplo, se volvió muy, muy popular en la década de 1890. Entonces, es perfectamente lógico que esos tipo de deportes estén representados", agregó la especialista .
En el siglo XXI, el mecanismo del reloj difícilmente puede hipnotizar al público como lo hacía hace más de un siglo. Su función hoy es diferente, ya que cada centímetro del magnífico artefacto, ya sea una torre de madera decorada con oro o un hermoso medallón de plata, puede leerse como un libro de historia de lo que se consideraban logros hace 127 años.
*(Esta historia de Vladimir Lenski, se publicó originalmente en el servicio en inglés de la Voz de América)